Carlos Eduardo Zaragoza jamás imaginó que algún día caminaría por una pasarela, luciendo prendas de alta costura, bajo los reflectores, rodeado de cámaras, aplausos y miradas de admiración.
Nació con enanismo, una condición que según recuerda marcó su infancia entre cirugías, miradas incómodas y comentarios que dolían más que cualquier tratamiento médico. Durante años convivió con el rechazo silencioso —no tanto de los demás—sino el propio, y con su lucha diaria por aceptarse.
Hoy, el EXATEC no solo es modelo profesional, también acaba de debutar como actor en una película internacional y fue conferencista en la plataforma TEDx.
Detrás de ese presente, hay horas de introspección, dudas, terapia y una larga reconstrucción emocional y física.

El camino hacía el primer reflector
Durante muchos años Carlos Eduardo no lograba aceptar su imagen. “Yo me veía al espejo y sólo veía mi condición. Todos me decían que era guapo, pero no me la creía”.
Nació con enanismo, específicamente con pseudoacondroplasia, una condición que fue diagnosticada cuando tenía un año y medio.
De los 7 a los 14 años se sometió a operaciones, rehabilitaciones, uso de andaderas y sillas de ruedas. Todo eso le dejó huella, la que cambió hasta la pandemia.
"Esos años de encierro fueron un momento de introspección. Empecé a ir a terapia, hacer ejercicio en casa, a cuidar mi alimentación y a decir: ‘quiero verme mejor’”.
El proceso duró 3 años. Poco a poco la disciplina y la terapia le dieron confianza y comenzó a creerse lo que todos siempre le habían dicho: "eres guapo, deberías ser modelo".
En 2023, ya totalmente reinventado, decidió intentarlo. Entro en contacto con Cambiando Modelos, una agencia de talentos en México especializada en inclusión.

“Me dijeron que les interesaba mi perfil y me ofrecieron contrato”. Su primera gran pasarela fue en Intermoda, en Guadalajara, modelando para el diseñador Gilberto Brizuela.
“Fue increíble. Usé un traje con mucho color, muy llamativo, que Gilberto diseñó pensando en la visibilidad y el empoderamiento de las personas con discapacidad”.
Esa colección no era casual. Para Carlos, el diseñador Brizuela había creado cada prenda para mostrar que la moda también podía incluir cuerpos diversos.
“Las telas eran vibrantes, los cortes modernos y la actitud era todo”.
“Yo no soy mi condición. Soy igual de capaz que cualquiera, la única diferencia son unos centímetros de estatura”.
Ese desfile lo cambió todo, “es muy simbólico para mí: antes la gente me miraba con rechazo. Ese día, en la pasarela, me miraban con admiración”.
Desfiló con otros modelos con diferentes condiciones. Recorrieron toda la Expo Guadalajara siendo fotografiados, felicitados, ovacionados. “Ese día me creí top model. Me sentí en casa”.
"Ese día sí fue un antes y un después, pero no hubiera sido posible si yo no hubiera superado mis inseguridades".

Reenfocar la mirada para la sanación
Aunque Carlos considera que tuvo una infancia llena de amor, también estuvo marcada por el dolor físico y emocional.
“No me libré del bullying, de las miradas incómodas, de los comentarios crueles, no de mi entorno, sino de gente que me veía por primera vez en la calle”.
Desde pequeño supo lo que era ser señalado por ser distinto. Entre los 7 y los 15 años vivió con aparatos ortopédicos, en cama o en silla de ruedas. Fue operado con el método Ilizarov, que implica fracturar los huesos y separarlos poco a poco para generar crecimiento óseo.
“Me colocaban clavos de 30 centímetros que salían del hueso y se conectaban a un fijador metálico. Con una llave los separaban milímetro a milímetro, todos los días”.
“Los sueños sí se cumplen. No importa tu talla, tu condición, tu físico. Lo importante es creértela y trabajar todos los días por eso que sueñas”.
Y aunque en medio del tratamiento, Carlos ya no quería seguir, hoy agradece el apoyo de su familia en ese proceso.
"Agradezco mucho que mis papás me hablaron con la verdad desde el principio. Me dijeron: ‘esto no te define, tú eres más que tu condición. Y además buscaron que yo tuviera una vida digna con estas operaciones".
Carlos Eduardo estudió Ingeniería Industrial en el Tec, campus Guadalajara y durante la carrera y en pandemia la terapia fue muy importante.
Pidió ir al psicólogo. “Mis papás me apoyaron. Yo necesitaba ayuda porque tenía pensamientos muy autodestructivos, de asco hacia mí mismo. Sentía que no era suficiente, que no merecía ser querido”.
Su terapeuta lo ayudó a reenfocar la mirada. “Me hizo ver que el único que me estaba rechazando era yo. Que todos los demás siempre me habían valorado, y que era hora de que yo hiciera lo mismo”.
De TikTok a la pantalla grande
Ya con el trabajo emocional se volvió creador de contenido en TikTok, mostrando el día a día de su historia y respondiendo preguntas con humor. Sus videos se viralizaron.
Y también llegó la oportunidad para actuar en una película en España, distribuida por Sony: Un funeral de locos.
“Yo no soy actor de formación, soy ingeniero industrial. Pero me aprendí el guión en 2 noches y me entregué por completo”.
Su actuación sorprendió al equipo. “El director me dijo que parecía que llevaba años actuando. Me enviaron mensajes diciendo que había dejado huella en el rodaje. Fue mágico”.
El filme se estrenó en cines en España el 11 de abril de 2025.
“Mi sueño ahora es llevarla a festivales en México. Quiero que más gente la vea, que más personas con discapacidad vean que se puede llegar lejos”.

Conferencista en TEDx
En abril de 2025 Carlos Zaragoza fue invitado a dar una charla en TEDx, la plataforma global que promueve ideas e historias de impacto para compartir, donde relató su experiencia de vida, los prejuicios que ha enfrentado por su condición y cómo convirtió el dolor en motor de cambio e inspiración.
Ahí habló que busca la transformación de las personas y construir respeto en la sociedad:
“Cuando veas a alguien diferente a ti, no pienses en lo que te hace diferente, sino lo que te une a él. Porque todos tenemos sueños, ganas de vivir y de amar. Y por eso merecemos un mundo en donde seamos capaces de hacer eso”.
Al final de la charla varias personas se acercaron para compartirle que les había llegado el mensaje. "Que también habían luchado con su cuerpo o su autoestima".
“Los sueños sí se cumplen. No importa tu talla, tu condición, tu físico. Lo importante es creértela y trabajar todos los días por eso que sueñas”.

"No soy mi condición": romper el estigma del enanismo
Para Carlos Eduardo, “el enanismo es una de las discapacidades más crueles, básicamente expone tu existencia en ser un chiste”.
Comenta que a lo largo de a historia las personas de talla baja han sido relegadas con una crueldad disfrazada de burla o espectáculo, como bufones, por ejemplo.
En México, la discriminación basada en la estatura es una realidad persistente. Según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022, el 27.5% de las personas reportaron haber sido discriminadas en los últimos 12 meses por su estatura, y en el caso del enanismo, se suma el estigma histórico.
El joven modelo y actor lo resume con claridad: “a nivel social es muy cruel... tu existencia se basa en ser un chiste, en que hay que rentar enanos para fiestas. Incluso la palabra enano como ofensa".
Y le gustaría cambiar ese estigma: “Yo no soy mi condición. Soy igual de capaz que cualquiera, la única diferencia son unos centímetros de estatura”.
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