La madrugada del pasado viernes 2 de julio se registró una explosión en un ducto submarino de PEMEX en Ciudad del Carmen, Campeche, a 150 metros de la plataforma de perforación de esa zona.
Anikó Dorner y Astrid Garnica, profesoras del Tecnológico de Monterrey, campus Hidalgo, comparten para CONECTA las consecuencias económicas y ambientales tras la explosión en el ducto.
Primera consecuencia: el impacto ambiental
Astrid Garnica, profesora del Departamento de Ciencias en PrepaTec, comenta que la explosión se generó tras una fuga en un ducto de extracción de gas al hacer combustión, presuntamente por descargas de una tormenta eléctrica.
“El fuego duró casi seis horas mientras las embarcaciones procedían al cierre de las válvulas. Siguiendo con la extinción del fuego y la emanación del gas, sin embargo, tuvo consecuencias en el ambiente y la economía de PEMEX”, comenta Astrid.
Garnica añade que el impacto al ecosistema marino con la perforación de pozos daña la fauna endémica. Los derrames son los accidentes más graves que comprometen la salud de plantas y animales.
La profesora explica que llevar un control de extractivismo de combustibles fósiles es importante, ya que un error puede producir derrames peligrosos para el ecosistema y para las personas que laboran en la extracción.
“Hay que contemplar seriamente el uso de energías alternativas menos riesgosas y de bajo impacto ambiental”, añade Garnica.
Segunda consecuencia: el impacto económico
Anikó Dorner, doctora en Economía y profesora de campus Hidalgo, explica que hay varias cuestiones a discutir: las consecuencias medioambientales y también las implicaciones económicas para Pemex y la industria energética mexicana.
Dorner explica que la cuestión medioambiental no se puede separar de la económica.
Para poder entender las consecuencias medioambientales hay que entender la causa del incendio.
“Pemex en su comunicado señala que la explosión fue provocada por una fuga de gas de un ducto submarino que migró a la superficie y dadas las descargas eléctricas y fuertes lluvias, se produjo el incendio en la superficie del mar” señala Anikó respecto al comunicado 184 de Pemex.
Los expertos químicos señalan que para que ocurra un incendio se necesitan 3 elementos: el combustible, el oxígeno y la chispa, procedente de las descargas eléctricas.
“Como las llamas estaban en la superficie; el combustible siempre estaba en contacto con el oxígeno, para poder apagar el fuego, se necesitaba separar el combustible del oxígeno, esto se hace desplazando el oxígeno con otro gas”, explica Dorner.
Dorner señala que a pesar de que Pemex indicó que no hubo derrame de combustible (crudo), tanto Greenpeace, como Oceana, y la joven activista sueca Greta Thunberg hacen un llamado y cuestionan la sostenibilidad de la operación que tiene la industria de los combustibles fósiles en México y el mundo.
Lo ocurrido es un ejemplo que muestra los peligros en México de estar promoviendo el uso de las energías fósiles y esto nos lleva a cuestionar la sustentabilidad del modelo energético de México.
“La conversación global se trata de reducir emisiones, mientras PEMEX no tiene una estrategia para esto; al contrario, en el último plan de negocio señala que van a aumentarlas”, menciona Dorner.
Existen agencias de manejo ambiental para mitigar daños y responsabilizar a quienes los cometen. Lo sucedido nos muestra los peligros de promover el uso de energías fósiles.
El impacto de la explosión coincide con que PEMEX quiere renegociar su deuda; la cual es mayor a 114,000 millones de dólares. Además, este incidente puede obstaculizar la compra de la refinería Deer Park.
La profesora explica que la producción de Pemex este año ha caído comparada con el 2018, ya que se está procesando menos petróleo en las refinerías, una cantidad menor de refinado, con excepción de combustolio.
“Lo que significaría una gran oportunidad como la exploración de aguas profundas o los recursos no convencionales, prácticamente fueron olvidados por esta administración” menciona.
Anikó señala que esta narrativa de soberanía energética, de la autosuficiencia en los combustibles, ha llevado a Pemex a la toma de malas decisiones y la han puesto en una situación económica financiera muy difícil.
La profesora explica que las grandes empresas petroleras a nivel global están deshaciéndose de sus activos de procesamiento, típicamente de las refinerías; mientras México está construyendo y comprando una.
“Cada empresa está vendiendo activos. Por el lado contrario, México está construyendo y comprando una refinería. Hoy la conversación global se trata de cómo se van a reducir emisiones, mientras que Pemex no tiene una estrategia sobre la reducción de carbono” finalizó.
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