Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hecho hincapié en hablar del “virus chino”, denuncias por agresiones xenófobas han crecido en varios países.
Ivón Cepeda, profesora del departamento de Estudios Humanísticos del Tecnológico de Monterrey campus Santa Fe platicó con CONECTA sobre expresiones racistas y cómo combatirlas en este entorno.
, habla acerca del discurso racista que maneja el presidente Trump y las consecuencias que tiene sobre la comunidad asiática americana.
“No es la primera vez que Trump hace uso de un lenguaje racista para tratar de posicionarse dentro de su audiencia política.
Sin embargo, esta vez su discurso no tuvo la aceptación que él esperaba, pues su palabras caen dentro de un clima de miedo e incertidumbre que afecta no sólo a Estados Unidos”, dijo.
De acuerdo con la profesora el mandatario incluso tuvo que revirar de su posición inicial, ya que la semana pasada el llamar al Covid-19 como el “virus chino” era sólo por enfatizar su lugar de origen.
El lunes en conferencia de prensa dirigió un mensaje a la comunidad asiático-americana con el fin de incentivar un sentido de pertenencia a los Estados Unidos y así buscar soluciones en conjunto.
“Este tipo de expresiones sólo avivan actitudes o comportamientos racistas y xenofóbicos basadas en prejuicios o ideas incompletas acerca de un grupo de personas y una cultura”, agregó la experta.
Ivón menciona que el discurso sucede en un momento en el que ya se estaban dando comportamientos de discriminación en contra de individuos con ascendencia asiática dentro de Estados Unidos.
Para ella el escuchar que una figura como el presidente también insista en esta perspectiva sólo incentiva este tipo de actitudes y comportamientos.
“En este sentido, una postura discriminatoria coarta la posibilidad de establecer estrategias que hagan frente al conflicto desde una perspectiva de solidaridad y reconocimiento, incluso desde una ética del cuidado”, comentó.
Menciona que si bien el virus se originó en China, la solución de la crisis implica una colaboración global. Ejemplos de ello son también las acciones que se han realizado como las donaciones de China y Japón a otros países de cubrebocas y ventiladores para hacer frente a la crisis.
“Es un problema que requiere de la acción en conjunto de las personas y los países para poderle hacer frente y salir adelante”, explicó.
Para la especialista el cambio radica en el reconocimiento y valor de la diversidad, ya que esta permite reconocer diferentes perspectivas y acercamientos para tratar de comprender el mundo y la forma en cómo habitamos el mismo.
“Lamentablemente el racismo es una semilla que germina fácil dentro de un ambiente de incertidumbre, pues permite focalizar el miedo a lo extraño o extranjero en algo que se identifica como “ajeno” o “diferente” a nosotros.
Tenemos que aprender a convivir con el que me parece diferente, extraño, incluso ofensivo, reconocer en ese otro a un ser humano con el que puedo tener no sólo diferencias sino también puntos de encuentro”, agregó.
Para ella estos puntos de encuentro, el reconocer esta necesidad de acompañamiento y cuidado es también de las cosas que esta crisis nos puede enseñar y puede rescatar, que sería un escenario más esperanzador y alentador para todos.
La erradicación de este problema se basa en trabajar mucho en un discurso y acciones incluyentes, que llamen al reconocimiento, la tolerancia y la responsabilidad compartida para hacer frente a la situación.
Se ha visto gente que se ha solidarizado para hacer las compras de las personas que no pueden salir, expresiones de acompañamiento en los balcones de diferentes localidades y países, también hay fotografías del equipo de salud con un mensaje o pensamiento de solidaridad y esperanza.
Los aplausos que cada noche se dan al personal de salud reconociendo su trabajo, o la campaña que se hizo en China para darle las gracias a sus doctores y enfermeras al mostrar sus fotografías en las pantallas alrededor de la ciudad.
También hay quienes han subido tutoriales o clases de actividades que se pueden realizar dentro de casa, para estar activos, para acompañarse, incluso para seguir entrenando algún deporte.
“¡Incluso hay canciones ya que hablan de esta solidaridad! Este tipo de acciones permite tejer lazos de reconocimiento y solidaridad entre las personas, que a la larga permiten hacer frente a los discursos de racismo y xenofobia”, concluyó.
Ivón afirma que esto no es una acción sencilla, requiere de un trabajo constante, y quizás también de hacer visibles cada vez más estás prácticas. Esto exige que no prestemos oídos a los discursos de polarización y división, y en su lugar resaltemos aquello que nos permite construir en conjunto.
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