Se oye un acorde...alguien aclara su garganta...las luces se encienden. Un grupo de jóvenes interpreta "Vaivén" en el soundcheck del Festival de la Canción del Tec y se escucha como si hubiera sido ensayada muchas veces...pero no fue así.
Detrás de esta melodía finalista en VibrArt 2022 (festival nacional de arte y cultura del Tec) se encuentra la historia de 6 jóvenes que comenzaron una aventura musical totalmente en línea.
Algunos nacieron en Sonora, otros se fueron a la Ciudad de México, un par más vivieron siempre en la capital del país y aunque no hayan crecido juntos, esa tarde ensayaban por primera vez la canción que compusieron a la distancia hace 2 meses.
Así cuentan a CONECTA su historia estos 6 jóvenes separados por cientos y miles de kilómetros, pero unidos por una canción y un festival de arte.
Una banda que se conoció en línea
Carlos Mateos, estudiante de una licenciatura en Tecnología y Producción Musical (LTM), tenía una decisión qué tomar: participar o no en la creación de una canción para VibrArt, el festival nacional de arte y cultura del Tec.
Lo había hecho anteriormente en 2021, pero en aquella ocasión la participación fue totalmente en línea debido a que la pandemia había suspendido las actividades presenciales en el Tec.
Además, en aquel entonces vivía y estudiaba en el campus Sonora y no sabía si en esta ocasión le alcanzaría el tiempo, luego de emigrar a la capital del país, dejar a sus amigos músicos en su ciudad y continuar su carrera en el Tec campus Santa Fe.
“Al principio yo había dicho ‘no voy a meter canción’, pero el Ángel me dijo ‘eh, vamos a hacer una rolita”, mencionó riendo Carlos.
“El Ángel”, como le dice Carlos a Ángel García, era uno de sus compañeros de Sonora, quien se había quedado a estudiar en el campus del Tec de esa ciudad.
Ángel tomó el micrófono y el rol de cantante y, tras convencer a Carlos de tomar su guitarra, comenzaron a reunir, como si fuera un equipo de superhéroes, al grupo musical de VibrArt proveniente de 3 campus del Tec en México.
El sonido de las teclas del piano vendrían desde los dedos de Juan Garza, alumno del campus Santa Fe, a quien le llegaría la propuesta de Carlos luego de que lo escuchara tocar.
Edgar Figuera tenía apartado el bajo ya que Carlos y Ángel lo conocían cuando estudiaban los 3 juntos en el campus Sonora y aunque ahora Edgar estudiaba en el campus Ciudad de México, también aceptaría la invitación.
Mariana López del campus Santa Fe sería invitada también como cantante, luego de que Carlos la conociera en una de sus clases en línea y tras sorprenderse al escuchar una de sus composiciones.
En un principio, la idea de Carlos era invitar a un baterista de Sonora, pero al final decidió invitar a alguien de su campus, siendo Braulio Morales, miembro de la compañía de música del campus Santa Fe, el sexto miembro.
Había nacido la banda. Los instrumentos estaban cubiertos, cada uno tenía su rol y su canción “Vaivén” empezaba a tomar forma. Pero el reto apenas iniciaba.
El tiempo no se detenía para ninguno de los 6 alumnos en ninguna de sus ciudades.
Ensayos a miles de kilómetros de distancia
A diferencia de cualquier grupo musical, los creadores de “Vaivén” no podían reunirse por las tardes a ensayar, a escuchar las ideas del otro o a corregir algún acorde que llegara a desentonar.
Lo que sí abundó fueron las sesiones por videollamadas, los mensajes de WhatsApp y videos que cada uno veía a su tiempo.
Pero había otra dificultad que se añadía si querían participar en el festival VibrArt: el tiempo. Solo tenían algunas semanas para presentar la audición para la fase regional y demostrar que su talento les alcanzaba para una entrada al evento nacional.
Tras juntar las grabaciones en un archivo final, la canción se presentó en la etapa regional y obtuvieron el pase a la final. A partir de ahí solo contaron con un mes para ensayar y prepararse.
Los que podían juntarse a ensayar grababan en video o en audio las sesiones, luego elegían la mejor para enviarla a las otras 2 ciudades donde las reproducían para practicar.
“Hubo muchas juntas de Zoom que terminamos a las 2 de la mañana intentando organizarnos, pensando en que se nos iba a acabar el tiempo. Todos teníamos muchas ideas y teníamos que filtrar esas ideas”, comenta Carlos.
“Siempre velamos por el bien de la canción, dejando los celos pensando en lo que cada uno queríamos, si suena bien eso es lo importante”, añade Mariana.
Cada uno a su ritmo, encontrando espacios entre clases y actividades escolares, viendo los videos de los otros miembros, teniendo videollamadas, mandando archivos e imaginando cómo sonarían juntos en vivo.
Así fue hasta que llegó el día en que los 6 miembros se reunieron por primera vez cara a cara en el campus Guadalajara y tras una prueba de sonido y un ensayo general, se presentaron en el escenario de la competencia final.
La noche en que tocaron juntos por tercera vez
Se colocan en su lugar, terminan de acomodar sus instrumentos y se miran soltando una sonrisa de vez en cuando, a la par que la gente los observa desde abajo del escenario.
Se encienden las luces, los micrófonos se abren, la batería da inicio a su canción y todos tocan su parte mientras Ángel y Mariana cantan frente a frente riendo y bailando al ritmo de la música como si tuvieran años de presentarse juntos.
Ahí, ante los ojos del auditorio que no sabe que apenas es la tercera vez que este grupo de integrantes de 3 campus se reúne para tocar y cantar.
Termina el evento y se dan los primeros lugares. En esta ocasión Vaivén no está entre los primeros, pero Mariana López recibe una mención honorífica por su estilo, autenticidad y congruencia durante el Festival de la Canción.
Mientras la joven corría para subir al escenario al escuchar su nombre no lo hacía sola, a su lado iban acompañándola los gritos de la gente y de los 5 compañeros de 3 campus distintos que coreaban su nombre, aplaudían y gritaban.
Antes de irse a Sonora, antes de regresar a Ciudad de México donde está el campus que lleva ese nombre y también el campus Santa Fe, los miembros del grupo Vaivén se reúnen y hablan sobre el futuro.
“Lo hemos discutido, hemos hablado y creo que no estaría satisfecho si esta fuera la última vez que tocamos juntos. Creo que hay algo valioso en el hecho de que nos juntáramos poquitas veces y sonara bien, eso dice algo.
“Más música, más presentaciones, más gente e incluso grabar algo, estaría increíble”, menciona Juan.
“Que hicieran el festival con la oportunidad de hacer grupos de otros campus fue buenísimo, nos dejó hacer amistad con músicos de otras partes de la República. Fue algo inolvidable”, finaliza Mariana.
Se apagan las luces, termina VIbrArt, la gente que viajó desde los campus participantes de todo México se prepara para regresar a casa mientras los aeropuertos se llenan de caras conocidas y de artistas que vivieron el festival.
El grupo se divide y algunos toman vuelos distintos, pero son ellos mismos quienes no descartan que se reúnan algún día por una cuarta ocasión para volver a tocar.
"Creo que hay algo valioso en el hecho de que nos juntáramos poquitas veces y sonara bien, eso dice algo"
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