Cuando el queso asadero cambió de un color blanco a rosa fucsia, la curiosidad despertó en Sandra Santuario.
“¿Por qué pasa eso? ¿Es magia?”, cuestionó en secundaria la originaria de La Loma, Durango, un pueblo dedicado a la producción de leche.
Allí, la actual líder del laboratorio de Biología Molecular en el Hospital San José de TecSalud aprendió a usar la titulación con fenolftaleína e hidróxido de sodio, que sirven para hallar el nivel de acidez indicado en la preparación del queso.
“Quise entender qué pasaba. La lectura fue un pilar muy importante. En mi casa había enciclopedias y podía consultar esa información. Siempre fui muy curiosa”, relató.
Estos primeros acercamientos a la investigación llevaron a Santuario a dedicar su vida a ello. Actualmente, fue reconocida en la 2° edición de 25 Mujeres en la Ciencia: Latinoamérica, de la empresa 3M.
Esto por su estudio molecular del cáncer de mama, que tiene como objetivo encontrar cambios en el DNA que permitan predecir el déficit cognitivo asociado a la quimioterapia.
“Este reconocimiento me llena de energía nueva y más en estos tiempos caóticos poscovid. Es un aire fresco que ayuda a seguir adelante, a justificar que lo que haces vale la pena”, expresó.
Del libro a la realidad
Para la doctora en Ciencias con Orientación en Biología Molecular e Ingeniería Química, su etapa en secundaria tuvo diversos aspectos que la animaron a dedicarse a la investigación.
Uno de ellos fue haber leído el libro Remedio Amargo, el cual cuenta la historia de una agente farmacéutica que promociona la marca de su empresa, enfrenta obstáculos y llega a ser presidenta del lugar.
“Eso me inspiró mucho a pensar que se pueden lograr los sueños que se tengan. Pensar en desarrollar algo que ayude porque la ciencia debe servir para la sociedad”, señaló.
Pero así como el personaje principal del libro, Sandra Santuario atravesó en la vida real diferentes retos, como la discriminación de ser proveniente de un área rural.
“He conocido gente que no te dice que es de un pueblo más pequeño, pero a mí me pasa lo contrario. Me da mucho orgullo venir de allá (de La Loma)”, expresó.
Educación vs el cáncer de mama
Durante la carrera como Químico Farmacéutico Biólogo en la Universidad Juárez del Estado de Durango, Sandra enfocó su tesis al cáncer de mama, especialmente en genes BRCA1 y BRCA2.
Tiempo después en su maestría, la investigadora desarrolló un proyecto relacionado al mismo padecimiento, lo cual le permitió realizar una estancia en University of Arizona, en Estados Unidos.
“Este reconocimiento me llena de energía nueva y más en estos tiempos caóticos poscovid. Es un aire fresco que ayuda a seguir adelante, a justificar que lo que haces vale la pena”.
No fue hasta el doctorado cuando la líder del laboratorio de Biología Molecular conoció a la doctora Dione Aguilar, quien le presentó la idea de pruebas neuropsicológicas y el deterioro cognitivo.
Así, la Dra. Santuario y la co investigadora del estudio generaron una propuesta para el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) en busca de obtener fondos.
“En ese momento yo apliqué porque estaba dentro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y había más oportunidades de aplicar a fondos. Pero este proyecto es compartido con la doctora Dione.
“El proyecto se aprobó. Obtuvimos los fondos y nos permitió comprar las pruebas neuropsicológicas necesarias, armar el equipo de psicólogas, oncólogos, estudiantes de psicología que nos han ayudado a realizar el trabajo”, dijo.
Así, Santuario y la coinvestigadora desarrollaron el proyecto “Evaluación de un panel de genes asociados a la conducta humana (déficit cognitivo) en pacientes con cáncer de mama con quimioterapia”.
La expectativa del estudio es tener un panel de genes que puedan predecir qué paciente tiene más riesgo de tener un déficit cognitivo asociado a la quimioterapia.
“Esto permitiría en un futuro buscar estrategias que disminuyan esta probabilidad cognitiva, que ayuden a aminorar el daño que pueda causarse por el tratamiento per se”, señaló.
Este estudio llevó a la Dra. Sandra a ser una de las 6 científicas mexicanas honradas por la iniciativa 3M, que busca promover mayor diversidad en las disciplinas STEM empoderando a mujeres, jóvenes y niñas en estas áreas.
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