Adriana Rojo Camarena, estudiante de ingeniería industrial del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, fue reconocida por el Servicio Alemán de Intercambio Académico, DAAD, por su esfuerzo y perseverancia durante el intercambio que realiza como parte de una doble titulación.
El Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD) es la organización promotora del intercambio internacional de estudiantes y científicos más grande del mundo.
El DAAD otorga regularmente premios por logros destacados en los campos del intercambio académico internacional, la literatura y la lingüística alemanas, el alemán como lengua extranjera y los estudios alemanes.
TH Bingen, la universidad donde Adriana realiza su intercambio académico, da un premio anual de mil euros en cooperación con el DAAD, para un estudiante extranjero que haya tenido buen desempeño académico y que haya aportado algo a la escuela en el aspecto de interculturalidad.
En entrevista a CONECTA, Adriana cuenta que sintió al momento de haber sido notificada sobre este premio.
“La semana pasada me avisaron que me había ganado el premio, pero que por la pandemia no habría una ceremonia de premiación. Fue muy sorpresivo, no sabía que existía el premio si quiera, y que el profesor pensara en mí, me sorprendió mucho”, dijo.
El haber obtenido dicho reconocimiento representa para Adriana un año de mucha preparación y esfuerzo en sus clases y prácticas profesionales en el corazón de Europa.
“Me dio mucho orgullo que estando tan lejos y después de tanta preparación y el esfuerzo en las clases, la universidad lo reconociera y se quedara con una buena impresión,
“Me llena saber que estando tan lejos logré dejar una huella en la universidad. Cuando llegué me dijeron que nunca había venido nadie de México, y sabía que era muy importante dejar una buena impresión porque ese era el primer paso para la conexión entre esta universidad y el Tec de Monterrey”, refirió orgullosa.
El intercambio en Alemania, un reto
En septiembre de 2019 Adriana llegó a Alemania para cursar el programa académico en la universidad Technische Hochschule Bingen (TH Bingen), sin imaginar todo lo que esto implicaría ya que no solo era un intercambio, sino un programa de doble titulación.
“Me llamaba mucho la atención la oportunidad de realizar este intercambio porque es una doble titulación, los primeros seis meses tomas clases, los próximos tres o seis meses realizas prácticas profesionales y finalmente, por tres o seis meses realizas la tesis,
“Cuando terminas el programa, te dan un diploma como si hubieras hecho toda la carrera en México y Alemania”, compartió.
El idioma fue un reto para la estudiante de ingeniería industrial, sin embargo, supo aprovechar las habilidades desarrolladas en el Tec para lograr salir avante.
“Todas las clases eran en alemán, dado que yo nunca había tenido clases de este tipo, fue una experiencia totalmente nueva, me costó trabajo puesto que la calificación es el examen final, no hay parciales, `quizes´, nada,
“Fue mucha constancia, dedicación y perseverancia, y seguro eso fue lo que mi asesor de prácticas profesionales y tesis pudo ver en mí al nominarme”, compartió.
La primera mexicana en el programa
Adriana es la primera mexicana que asiste a la universidad Technische Hochschule Bingen (TH Bingen), como parte de un programa de intercambios.
“Este programa está disponible para China y México, pero nunca había venido nadie de México a esta universidad, solo de China, fue una experiencia muy complicada, pero también muy enriquecedora.
“En el Tec, mis clases de ingeniería industrial tienen por lo menos 50 por ciento de mujeres y 50 por ciento de hombres. Aquí de 20 alumnos en el programa solo tres éramos mujeres incluyéndome a mí, eso también fue un poco sorpresivo”, dijo.
Prácticas profesionales y una pandemia en curso
Llegó el momento de la siguiente fase del programa, Adriana debía realizar las prácticas profesionales en una empresa con otro idioma y una cultura de trabajo diferente a lo que ella estaba acostumbrada en México.
“Fue un proceso muy pesado, tenía que hacer cartas, CVs, entrevistas, más o menos como en México, pero en Alemán, (ríe) en la primera instancia apliqué como a 30 empresas, empecé a ir a entrevistas hasta que llegué a un puesto para ingenieros industriales en una empresa que se llama Nemak”.
Nemak es una empresa mexicana fundada por un EXATEC con sede en Monterrey, N.L que se especializa en la producción de componentes complejos de aluminio para la industria automotriz.
“En la empresa éramos mitad alemanes y mitad mexicanos, mi puesto era para el área de compras de maquinaria pesada, eran contratos muy grandes, había muchas negociaciones con Alemania, Rusia, Polonia, España, etc
“Les llamó mucho la atención que hablara español porque todo el equipo que se dedicaba a eso eran alemanes”, detalló.
Adriana comenzó las prácticas profesionales con dicha empresa, sin imaginar que solo estaría dos semanas en la oficina debido a que iniciarían en la ciudad cuarentena por la pandemia en curso de COVID-19.
“Estuve tres meses en Home Office y luego, los últimos dos meses pude regresar un poco a la oficina, me adapté bastante rápido a las actividades, era una mezcla de idiomas todos los días, no sabía si iba a hablar en alemán, español o inglés, pero me ayudó mucho a mejorar mi comunicación en alemán”, compartió.
El cambio de tesis por la pandemia
Al finalizar las prácticas profesionales, la tesis debería realizarla con la misma empresa. Sin embargo, por la pandemia, no pudo continuar ahí y tuvo que buscar una nueva empresa en otra ciudad de Alemania.
“Otra vez comencé la búsqueda para hacer la tesis, mi novio estaba haciendo prácticas en una empresa en Nuremberg, les comentó mi situación y justo había un puesto para un ingeniero industrial,
“Esta empresa VAG, es la compañía municipal responsable de operar el U-Bahn, tranvías y autobuses de toda la ciudad de Nuremberg, todos son alemanes, nadie habla inglés y hay un dialecto de la zona que es difícil de entender”.
La Tesis que actualmente se encuentra desarrollando Adriana es en alemán y se enfoca en la optimización de almacenes para la empresa VAG.
“Estoy trabajando en el almacén de las partes de repuesto del taller de reparación de autobuses, diseñando un nuevo sistema de disposición para los materiales, optimizar las compras y el funcionamiento del almacén en general”, compartió.
Aprendizajes de una pandemia en otro país
Para Adriana, el enfrentar la pandemia en otro país, lejos su casa, familia, y escuela, le ha traído un sin fin de aprendizajes de los cuales rescata tres:
- Valoras mucho la convivencia con tu familia y amigos, el hecho de estar encerrado solo es muy duro.
- Resiliencia, a pesar de que fue un obstáculo para todos, a nosotros nos dejó mucho como aprendizaje que con nuestro esfuerzo logramos sacar el objetivo del programa, las prácticas y la tesis.
- Consciente que tus actos no solo te afectan a ti, sino a toda la empresa, en las empresas he trabajado con gente mayor y personas con enfermedades crónicas.
Para finalizar, la futura egresada comparte un mensaje a todos aquellos estudiantes que desean realizar un programa de intercambio académico.
“A los que quisieran hacer una doble titulación, es una experiencia 100 por ciento recomendable, es la experiencia en el país, nuevas culturas, nuevos idiomas, desde el principio hasta el fin de la experiencia aprendes algo todos los días,
“Cuesta mucho trabajo, pero después de muchas horas de estudio, yo y los demás estudiantes del Tec que estamos en Alemania haciendo este programa, es una prueba de que sí se puede”, concluyó.
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