Con casi 10 años como profesora del Tec de Monterrey campus Ciudad de México, Diana Correa Corrales, cuenta con una amplia trayectoria internacional en temas de migración, los cuales ha compartido con sus estudiantes en el aula como fuente de inspiración.
Es parte de la Escuela de Gobierno y Transformación Pública en el departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales y cuenta con una licenciatura en Economics and Social Studies por la Universidad Trinity College en Dublín, Irlanda.
Como parte de su trayectoria, fue seleccionada para ser parte del Servicio Exterior Mexicano, siendo su primera asignación en la embajada de México en La Habana, Cuba, donde permaneció durante dos años.
Después de su estancia en la isla, la profesora regresó a México para continuar con sus estudios cursando la maestría en Estudios Internacionales en el Tecnológico de Monterrey.
Durante este periodo, cuenta la doctora, comenzó a interesarse y trabajar en temas de migración. Este interés particular se lo atribuye a sus experiencias personales.
“Fue ahí donde estuve tratando de ver cómo podía llegar, o trabajar con poblaciones migrantes, un poco por mi experiencia propia como migrante pero también, del trabajo que se hace al representar a México en el exterior,
“Empecé a adentrarme un poco al mundo de la migración, específicamente de lo que sucedía en la frontera sur, ya que en 2009, no existía mucha información del tema”, agregó.
Con este interés, Diana Correa comenzó a investigar acerca del tema de migración, especialmente, migración infantil y los riesgos de la misma, entre los cuales destaca la trata de personas.
“Empecé a leer más de la frontera sur, incluso me fui a la ciudad de Tapachula.
“Ya para entonces había yo acotado mi tema de investigación, no iban a ser migrantes en general, fue cuando empecé a trabajar con niñas, niños y adolescentes que estaban migrando”, expresó.
Durante su estadía en Tapachula, la profesora logró contactar asociaciones de ayuda a migrantes tanto del lado nacional así como en Tecún Umán, ciudad vecina del lado guatemalteco de la frontera.
Durante este periodo la doctora Correa concluyó su tesis de maestría. Al volver a la región centro del país, uno de sus profesores de maestría la invitó a dar clases en PrepaTec Ciudad de México.
“Sabía que quería seguir investigando, seguir trabajando, pero no sabía exactamente cómo. Y uno de mis profesores, Juan Carlos Olmedo, me dijo ‘¿Qué te parecería dar clases en la prepa?’ Empecé a dar clases y me gustó mucho.
“Después, propuse mi proyecto para hacer mi doctorado en revictimización, igual de víctimas niñas y adolescentes rescatadas de trata”, comentó.
Su doctorado quedó bajo la dirección de la doctora Dora Elvira García a quien Diana describe como una eminencia en temas de ética y de derechos humanos.
A la par de sus diferentes proyectos, trabajó en voluntariados en diferentes albergues de migrantes dentro de la Ciudad de México.
Entre ellos está Casa Tochan quienes, gracias a la iniciativa de la doctora Corrales, reciben cada semestre estudiantes del Tec para la sensibilización acerca del tema de migración.
“Saber qué es la migración, pero más que números, que es muy importante tener números, conocer la parte humana, finalmente estamos hablando de vidas que han tenido que cambiar y se han visto trastocadas” expresó Diana.
Actualmente, Diana Corrales continúa trabajando con asociaciones civiles para la ayuda a migrantes y como docente en el Tec Campus Ciudad de México.
“Porque muchos años he sido migrante, desde esa experiencias, pero también el poder aportar a la conversación y a una sociedad mexicana que se pueda ver más allá de estos estereotipos de quien es migrante y quienes migran y por qué migran, así veo mi tarea y así veo mi trayectoria”, compartió.
Finalmente, la profesora dijo que lo que más le gusta de ser profesora son las conversaciones que se abren dentro del salón de clases, un espacio que ella considera seguro y de respeto.
“Las conversaciones que se dan con los alumnos de repente, un poco fuera de tema y que llevan a otros,
“Las experiencias que ellos tienen son muy diferentes a las que yo tuve y se generan conversaciones muy interesantes. Están entendiendo lo que vemos en clase y lo están interpretando de maneras que a nosotros no se nos ocurren”, concluyó.
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