Tres años después de graduarse, un accidente automovilístico cambió el rumbo de la vida de Astrid, quien al perder la movilidad de sus piernas y no poder trabajar se acercó a una asociación civil como voluntaria, lugar donde descubrió que ayudar a los demás era su pasión.
Al recuperarse del accidente, Astrid decidió continuar trabajando en la asociación civil CEDAIN (Centro de Desarrollo Alternativo Indígena), el involucrarse en proyectos y desarrollar actividades para ayudar a sostener a familias enteras.
Cabe destacar que se apoyan a alrededor de mil 200 familias de los municipios de Batopilas, Urique, Bocoyna y Guachochi, los proyectos que se desarrollan son elegidos y acordados en la reunión anual con el gobernador de cada comunidad, con el compromiso por parte de los habitantes de terminarlos.
La asociación civil realiza y enseña actividades como reforestación, cuidado del agua, agricultura, acuicultura, entre muchas más, con el objetivo que las comunidades que son ayudadas logren ser sustentables.
Durante su carrera profesional, Astrid viajó a Ecuador en donde realizó prácticas profesionales y tuvo la oportunidad de convivir con los indígenas quechuas; durante todo un semestre, observó las necesidades de esta población que muchas veces es marginada.
“Nunca pensé que me pudiera dedicar a algo así, pero en mi tiempo de estudiante me involucré en actividades relacionadas, recuerdo que había un grupo estudiantil misionero, en donde se ayudaba a diferentes comunidades”, contó Astrid.
En la actualidad Astrid es la encargada de la difusión y desarrolla actividades para ayudar a recabar fondos para las comunidades serranas, además de asistir a diferentes eventos para concientizar a más personas de las carencias que existen en la Sierra Tarahumara.
“No es salir a vender un producto, la finalidad es vender una idea, un propósito más allá de nosotros, se dice muy bonito, pero es muy difícil que la gente se dé cuenta del esfuerzo que se realiza para reunir fondos” explicó.
Asimismo, durante tres días en el campus Chihuahua, en el domo del Centro Estudiantil, se colocó una venta e intercambio de productos hechos por tarahumaras, que ayudarán a continuar con las actividades y el desarrollo de la comunidad indígena.