Con el impulso de una beca que le cambió la vida, Berenice López Cruz encontró en la ingeniería una forma de impactar a su comunidad
Por Susan Irais | Redacción Nacional de CONECTA - 07/08/2025 Fotos Kevin Chaires, Cortesía
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Desde muy joven, Andrea Berenice López Cruz entendió que quería hacer proyectos que ayudaran a las personas. Lo que no imaginaba al inicio era que lo haría desde la ingeniería.

"Siempre pensé que estudiaría relaciones internacionales o algo así, pero cuando llegó el momento de decidir, me di cuenta que también disfrutaba de las matemáticas, la programación y que ahí faltaban mujeres". 

Como estudiante de Ingeniería en Innovación y Desarrollo en el Tec de Monterrey enseñó programación a niñas, creó redes de sororidad digital, impulsó iniciativas de educación ambiental y participó en un voluntariado para infancias de comunidades vulneradas.

Para Berenice, participar en proyectos sociales tiene un valor especial: ella misma necesitó una beca para cumplir su sueño de estudiar en la universidad. 

 

Berenice López Cruz
Con el impulso de una beca que le cambió la vida, Berenice López Cruz encontró en la ingeniería una forma de hacer lo que siempre le ha movido: impactar a su comunidad. / Foto: Kevin Chaires

 

Activismo social 

Desde siempre Berenice ha buscado ayudar a las personas y el medio ambiente. 

Uno de los primeros proyectos que fundó Berenice fue Tree for Me, una iniciativa de educación ambiental que surgió en la preparatoria. 

Berenice y sus compañeras visitaban kínderes, primarias y secundarias para dar talleres sobre el cuidado del medio ambiente.

“Queríamos comenzar desde las infancias este interés por la educación ambiental”. 

En algunas escuelas lograron instalar huertos escolares y plantar árboles. Además, colaboraron con organizaciones como USAC para organizar limpiezas de ríos y otras actividades comunitarias. 

El proyecto incluso se convirtió en grupo estudiantil para asegurar su continuidad.

Durante la pandemia,  co-creó La Tribu Sorora, una red digital en Instagram y Facebook dedicada a acompañar a mujeres jóvenes. 

“Sentíamos que muchas estábamos frustradas o sin espacio para expresarnos. Queríamos crear una comunidad segura para hablar de autoestima, autoconocimiento, violencia de género y también conectar con asociaciones que pudieran ayudar”.

La iniciativa tuvo gran alcance, con colaboraciones, campañas de autodefensa y contenidos que alcanzaron millones de vistas. 

“Lo más importante fue que abrió conversación y generó redes entre mujeres que se sentían acompañadas”.

Fue en ese contexto que Berenice descubrió el ecofeminismo, una corriente que vincula la lucha ambiental con la justicia de género. 

“Me hizo sentido que las raíces de la explotación ambiental y la opresión de las mujeres son similares. A partir de ahí, comencé a conectar esa visión con todos mis proyectos”.
 

andrea berenice Lopez tec
Berenice estudió en la preparatoria ALFA, una escuela de alto rendimiento académico. Ahí empezó a visualizar algo grande: estudiar en el Tecnológico de Monterrey. / Foto: Kevin Chaires

 

De lo social a lo técnico

Aunque Berenice siempre había estado enfocada en proyectos sociales, también tenía claro que disfrutaba profundamente el mundo de la tecnología. 

"Siempre pensé que estudiaría relaciones internacionales o algo así, pero cuando llegó el momento de decidir me di cuenta que también disfrutaba de las matemáticas, la programación y que ahí faltaban mujeres". 

Esa dualidad la llevó a elegir una ingeniería que le permitiera construir soluciones reales sin abandonar su dimensión social. 

“Yo quería seguir en esa parte de la sororidad, del feminismo”

 

Berenice López
"Siempre pensé que estudiaría relaciones internacionales o algo así, pero cuando llegó el momento de decidir me di cuenta que también disfrutaba de las matemáticas, la programación y que ahí faltaban mujeres". / Foto: Kevin Chaires

 

El activismo social le dio la oportunidad de estudiar en el Tec

Berenice nació en Ciudad de México, pero en tercero de secundaria se mudó con su familia a Monterrey buscando mejores oportunidades educativas. 

Desde la preparatoria ya tenía claro que estudiar en el Tec. Por eso aplicó a varias becas, entre ellas Líderes del Mañana y Fundación ZABER, para obtener apoyo económico.

Para la beca de Fundación ZABER, que fue donde quedó seleccionada, compitió con más de 300 perfiles y solo 12 fueron seleccionados. 

“Fue muy impactante saber que mi perfil haya dado la confianza de que me apoyaran, que vieran potencial. No lo podía creer, porque el Tec era algo que yo soñaba”.

La beca de Fundación ZABER cubre el 100% de la colegiatura y ofrece acompañamiento integral a estudiantes con potencial.

En su generación fueron seis estudiantes del Tec quienes recibieron este apoyo. 

“Lo que más les importa es que tengas pasión por lo que haces. No se enfocan solo en promedios, sino en que seas genuina”.

En su caso, su perfil destacó por el activismo social que ya practicaba desde preparatoria.

 

proyectos sociales
Algunos proyectos sociales en los que participó Berenice. / Fotos: Cortesía

Ingeniería con propósito

“Desde la primera vez que llegué al Tec se me hizo una universidad súper padre. Los espacios, como que estar ahí me hizo sentir que era mi lugar”.

Así que eligió el modelo educativo del Tec para formarse, lo que le permitió colaborar desde temprano con empresas reales y participar en retos de aplicación inmediata. 

En su paso por el Tec, Berenice participó en proyectos con empresas como Eternum, Agua Inmaculada y Ternium

“Con Eternum desarrollamos un asistente digital que simulaba una inteligencia artificial para dar seguimiento a proyectos. Ver cómo algo que tú desarrollaste desde cero se aplica en una empresa real fue increíble”.

Además, integró lo técnico con lo pedagógico. Fue mentora académica en Vamos Altos, una iniciativa educativa entre el Tec y el gobierno municipal de Apodaca, Nuevo León, donde enseñó programación, matemáticas e inglés a niñas, niños y adolescentes. 

También formó parte de TECNOLOCHICAS, un programa enfocado en despertar el interés por las ciencias en niñas. 

“No buscamos imponerles nada, sino que sepan que pueden estudiar ingeniería si así lo desean, que no se vean limitadas por estereotipos”.

Ese compromiso le permitió unir lo académico con lo social: “En toda mi trayectoria intenté transmitir a las niñas y adolescentes que lo que sueñan lo pueden lograr”.

Además, uno de los voluntariados que más la marcaron fue Escalando Fronteras, que combina actividades al aire libre con desarrollo socioemocional en infancias vulneradas en la Huasteca y Chipinque.

“Combinaba todo lo que me gusta: escalar, la naturaleza, lo social. Les enseñábamos trabajo en equipo, resiliencia”.

Aunque la universidad pedía 480 horas de servicio social, Berenice hizo más de 700.

“No fue por querer hacer más. Simplemente me apasionaba”.

 

Berenice López
Durante su paso por el Tec, Berenice participó en torneos internos de fútbol y aunque no fue parte del equipo representativo, disfrutó estar activa en deportes. /Foto: Kevin Chaires.. 

 

El futbol, otra de sus pasiones

Además de la ingeniería y los proyectos sociales, Berenice también encontró en el deporte una forma de expresarse y conectar. 

“Me gusta mucho, mucho el futbol: me gusta verlo, me gusta jugarlo”.

Durante su paso por el Tec, participó en torneos internos y clases deportivas

Aunque su enfoque académico y social siempre estuvo presente, el deporte fue una constante. 

En sus tiempos libres también asistía a clases LIFE de escalada y baile, y aprovechaba cada oportunidad para mantenerse activa.

“El fútbol siempre ha estado presente en mi vida como algo que disfruto muchísimo”.

Berenice no fue parte de un equipo representativo del Tec, pero sí estuvo en otros equipos dentro del Tec.

 

andrea berenice en madrid
En séptimo semestre, Berenice cursó un intercambio en la Universidad Politécnica de Madrid, ahí aprendió inteligencia artificial y desarrollo de software. /Foto: Cortesía

 

Una mirada al mundo: el intercambio en Madrid

En séptimo semestre, Berenice cursó un intercambio en la Universidad Politécnica de Madrid. 

“Ahí reforcé lo que ya me gustaba, pero desde otra visión cultural”. Estudió materias como inteligencia artificial y desarrollo de software.

El intercambio también significó una experiencia de independencia personal. 

“Aunque aquí ya vivía sola, allá me tocó adaptarme completamente. Durante ese semestre, también viajó a Italia y a Londres. 

Regresé con la mente más abierta, más motivada, con más ganas de seguir teniendo experiencias. Aprendí que puedes lograr muchas cosas, que no todo lo que conoces es lo único que hay”.

 

andrea berenice lopez
Berenice se graduó del Tec y actualmente trabaja como auditora de sistemas. /Foto: Kevin Chaires

 

Más proyectos sociales 

Berenice se graduó del Tec y actualmente trabaja en Softtek. Comenzó como auditora de sistemas y planea cambiarse al área de desarrollo. 

“Estoy buscando siempre oportunidades de hacer algo, de mejorar algo, de tener un impacto”.

Sus planes a futuro incluyen estudiar una maestría —posiblemente en educación—, continuar en proyectos sociales y seguir enseñando tecnología a niñas y adolescentes. 

De hecho, continúa colaborando con TECNOLOCHICAS; su taller más reciente lo impartió en una secundaria y estuvo enfocado en la creación de videojuegos.

“No quiero dejar de lado la parte social, quiero seguir en eso. Si no fundo algo mío, quiero formar parte de un proyecto que ya exista, pero de lleno”.

Sobre todo, desea contribuir a su entorno más cercano: Mis papás son mi principal motor. Todo lo que hago es para darles la vida que merecen”.

 

FAMILIA DE BERENICE LOPEZ
Berenice López con su familia el día de su graduación. /Foto: Cortesía

 

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