A punto de celebrar 20 años de enseñanza en el Tecnológico de Monterrey en Saltillo, el profesor Jan Kuijt cuenta su perspectiva del mundo a través de su lente.
Por Diana Infante - 28/05/2018

Diana Infante | Campus Saltillo 

La vida en México comenzó en 1980 para Jan Kuijt, el profesor que imparte el taller de fotografía en el Tecnológico de Monterrey en Saltillo, pues en México encontró el amor ya que se casó con una joven originaria de Saltillo.

Desde sus estudios universitarios en su natal Holanda, Jan estaba involucrado en la fotografía documental y estando en México recibió una oferta de trabajo en Zacatecas, desarrollando contenido audiovisual relacionado al sector agropecuario y forestal de la región. Fue a través de ese programa que tuvo la oportunidad de viajar por el norte de México y enamorarse de los colores, los espacios, los sabores y los sonidos de la cultura mexicana.

Después de ocho años en 1988 regresó a Saltillo, donde la entonces directora del Difusión Cultural del campus, More Barreth, le comentó acerca de una vacante como profesor de fotografía en el Tecnológico de Monterrey en Saltillo. Aunque ya se había desarrollado como profesor de fotografía en otras situaciones, para Jan fue un reto distinto.

Jan Kuijt en el Museo de Artes Gráficas junto a su exposición fotográfica

Empezó desde cero, y después de 20 años de enseñanza todavía recuerda las instalaciones y el equipo con el que comenzó. “Lo bonito de trabajar en el taller es que te rodeas de gente muy distinta entre sí, desde alumnos de primer semestre de preparatoria hasta alumnos en su último semestre de profesional”, comentó el profesor.

Durante los años, comenta Jan, los alumnos han sido quienes lo motivan a quedarse un semestre más pues la gratificación que obtiene al dar clases es enorme.“Cada semestre los chavos llegan con una nueva propuesta fotográfica que me hace quitarme el sombrero y entonces sé que he hecho mi trabajo”, comentó Jan Kuijt.

Foto grupal del taller de fotografía

“Cada semestre los chavos llegan con una nueva propuesta fotográfica que me hace quitarme el sombrero y entonces sé que he hecho mi trabajo”, comentó Jan Kuijt.

Cada semestre los alumnos que toman la clase impartida por el profesor Jan Kuijt realizan proyectos que involucran no solamente el desarrollo de sus habilidades técnicas sino también un proceso de introspección y autoanálisis de sus valores, miedos y aspiraciones: “Es un aprendizaje integral, perfeccionan su técnica y entendimiento de la fotografía, pero también crecen personalmente, fortalecen su autoestima, cada alumno en el taller es diferente y es parte de lo que enriquece el ambiente de aprendizaje” comentó Jan Kuijt.

Jan considera que sin duda el primer paso que necesitan dar los alumnos es despertar el gusto por la fotografía, para poco a poco ir creciendo y así desarrollar un enfoque que exprese un mensaje con el que ellos se identifiquen, que aprendan el arte de contar historias sin palabras.

“Es un aprendizaje integral, perfeccionan su técnica y entendimiento de la fotografía, pero también crecen personalmente, fortalecen su autoestima, cada alumno en el taller es diferente y es parte de lo que enriquece el ambiente de aprendizaje” -Jan Kuijt.

Para Jan el principal reto es mantenerse a la altura de las nuevas generaciones, encontrar espacios innovadores y dar propuestas de proyectos creativos. Pero su labor no termina cuando un alumno concluye el taller de fotografía, pues después de su clase muchos siguen viendo el mundo a través del lente de su cámara y eso es lo que hace que su trabajo trascienda.

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