Un internet que no solo conecta, sino que también “ve, localiza y actúa”: así se perfila la red 6G, la tecnología que marcará pauta la próxima década.
Así lo asegura el doctor Francisco Falcone Lanas, experto en Telecomunicaciones y profesor de Faculty of Excellence del Tec.
El académico ahondó sobre el papel estratégico de la conectividad 6G como habilitador de soluciones frente a los retos globales, en una jornada de trabajo que convocó a docentes, investigadores, estudiantes y representantes de la industria.
Falcone señaló que la conectividad 6G no será solo un avance tecnológico, sino una plataforma que cambiará la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos con nuestro entorno.
“6G ofrece capacidades conectivas y de procesamiento para mejorar sistemas de salud con sistemas que sean predictivos y proactivos”, ejemplificó.
Evolución a una conectividad ultrarápida y centrada en el usuario
Falcone describió al 6G como la evolución natural del 5G, una red que combina mayor ancho de banda, mayor capacidad de dispositivos y un alto nivel de interactividad.
Para el experto, esta generación implica un cambio de espectro, con agentes de inteligencia artificial que gestionan procesos de manera autónoma y el uso de frecuencias que alcanzan hasta los terahercios (THZ), lo que permitirá comunicaciones ultrarrápidas.
Recalcó que será una red centrada en el usuario, a diferencia de tecnologías anteriores, diseñada para responder a necesidades sociales.
Una de sus innovaciones será la cobertura tridimensional, capaz de garantizar conexión en diferentes alturas, lo que superará la limitación bidimensional de las redes actuales.
En cuanto a la seguridad, Falcone subrayó que la 6G ofrecerá protección integral, desde la capa física hasta la gestión de datos, elevando los estándares de privacidad y confianza digital.
6G y la forma en que cambiará
Uno de los principales retos, explicó el doctor Falcone, es el uso de bandas en terahercios: aunque estas permiten una enorme capacidad de transmisión, su alta sensibilidad a las condiciones climáticas complica la implementación.
A ello se suma el desafío de la eficiencia energética, que exigirá antenas más pequeñas, cercanas y con menor gasto de energía, además de algoritmos de IA optimizados, ya que los modelos actuales consumen demasiados recursos.
En cuanto a beneficios y oportunidades, el doctor Falcone señaló ejemplos como:
Desarrollo de ciudades cognitivas, con capacidad no solo de reaccionar, sino de anticiparse a los eventos.
Impulso al sector industrial con fábricas hiperconectadas, robots colaborativos y sistemas de localización de altísima precisión.
Avances en espectroscopía de cadenas moleculares, clave para la creación de nuevos materiales.
En salud, implementación de sistemas predictivos y proactivos que mejorarán la atención médica.
Sensores innovadores: desde dispositivos colocados en dientes y textiles inteligentes hasta curitas que cambian de color cuando la herida ya está curada.
Experiencias inmersivas: comunicaciones holográficas y realidad mixta que transformarán la interacción social y laboral.
“Con 6G, la red no solo conecta: la red ve, localiza y actúa”, enfatizó el doctor Falcone.
Trabajar desde ahora en el futuro
El Tec de Monterrey se prepara ante la llegada del 6G con el Laboratorio Avanzado de Comunicaciones 6G y Sensado Integrado, espacio pionero en América Latina para estudiar y probar esta tecnología.
El doctor Falcone explicó que anticiparse al 6G es clave para no quedarse atrás en la próxima década.
Se espera que esta tecnología se estandarice en 2030 y que su adopción comercial ocurra alrededor de 2035.
Aunque aún falta una década para su implementación, este laboratorio permitirá a empresas, gobiernos y universidades aprovechar las oportunidades que traerá esta nueva red, mencionó.
Además de la conferencia del doctor Falcone, más de 40 asistentes participaron en un taller de networking dirigido por el doctor César Vargas Rosales, investigador de la Escuela de Ciencias e Ingeniería.
En dicho taller se promovió el diseño colaborativo de propuestas aplicadas a sectores estratégicos como el de energía, agua, salud, transporte, entre otros.
El objetivo fue compartir iniciativas, ideas concretas y accionables en una colaboración entre academia e industria con el fin de construir un futuro más conectado, sostenible e innovador.
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