Juan Villalobos, experto en comunicación del Tec Guadalajara, retoma un artículo sobre el uso de palabras y su correlación con enfermedades del corazón.
El estudio fue liderado en 2015 por Johannes Eichstaedt junto a un grupo de investigadores, quienes se enfocaron en la población estadounidense.
La investigación fue realizada con la ayuda de programas computacionales que contabilizan y clasifican palabras de acuerdo a su carga negativa o positiva.
El objetivo del estudio era predecir la tasa de mortalidad de diversas poblaciones a partir del lenguaje usado en Twitter.
La pregunta de inicio del estudio era si a mayor enojo en los tuits, mayor índice de muertes relacionadas con enfermedades del corazón.
Se estudiaron cientos de millones de tuits de 1,400 municipalidades de Estados Unidos, en las que habita casi el 90% de la población de ese país.
En un inicio se generaron listas de palabras, unas relacionadas con emociones negativas y otras con emociones positivas.
Estos listados ayudarían al programa a clasificar los mensajes de acuerdo a su carga emocional.
Al final los datos mostraron lo que los investigadores consideraban sería la principal correlación:
Las comunidades con mayores índices de mortalidad por enfermedades del corazón eran aquellas cuyos mensajes de Twitter reflejaban relaciones sociales negativas.
Desde desvinculación y desinterés por los demás, así como sentimientos negativos, sobre todo: enojo.
Los tuits de estas comunidades están plagados de palabras que reflejan hostilidad, ira, agresión, fatiga y aburrimiento, además de contener una alta carga de insultos.
El estudio mostró también que quienes tuitean no son quienes están muriendo de ataques al corazón, debido a que son los más jóvenes en las comunidades.
Sin embargo, se sospecha que los tuiteros expresan el odio que impera en sus comunidades y tienen más posibilidades de desarrollar enfermedades cardiacas en ese entorno.
“Las comunidades con mayores índices de mortalidad por enfermedades del corazón eran aquellas cuyos mensajes de Twitter reflejaban relaciones sociales negativas”.
Aunque desde 2015 no hay actualizaciones directas de esta investigación, en este tiempo se generó información más precisa.
Ahora se incorporan diversos estudios demográficos realizados con tecnología de procesamiento masivo de datos o big data, como se le conoce regularmente.
El estudio también arrojó resultados interesantes respecto al nivel socio-económico.
Resulta que las comunidades enojadas son las más proclives a las enfermedades del corazón, independientemente de si son pobres o ricas, educadas o no.
El estudio viene a tema dada la cantidad de odio que también se destila en nuestro país, ya sea en medios tradicionales o digitales.
Y, aunque los problemas de salud en México están más vinculados a la obesidad, cada día es más evidente que el tono de la discusión -por cualquier tema- se sale de control.
Quizá sea el momento de evaluar si vale la pena perder la salud por estar tan enojados.
*Juan Carlos Villalobos
Especialista en comunicación y medios, sociedad y repercusiones de la comunicación y el uso de medios en la población.
Recibió el grado de Maestro en Comunicación y Medios Digitales por la Universidad de Washington, en Seattle, Estados Unidos.
Colaboró para el servicio público en Jalisco y se desempeña como académico y administrativo en el Tec Guadalajara, en las áreas de Comunicación y Desarrollo Humano.
Especialista en estrategia de contenido para medios digitales, Media Literacy, reputación en redes, comunicación y medios, repercusiones de la comunicación y uso de medios en la población.
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