Estudiantes de la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño (EAAD) del Tec campus Chihuahua, obtuvieron el primer lugar en el concurso de diseño social 2024 "Células Sociales para la Emergencia".
El certamen, organizado por el Colegio de Arquitectos de Chihuahua, reunió a estudiantes de arquitectura de varias instituciones para desarrollar soluciones habitacionales de emergencia enfocadas en la población migrante.
El equipo, integrado por Clara Tarango, Marco Antonio Herlindo, Daniela Alcerreca y Emiliano Chávez, presentó un refugio modular de ensamblaje y desmontaje sencillo, diseñado para brindar seguridad y comodidad en situaciones de emergencia.
El diseño permite la adaptación a diferentes climas y condiciones de terreno, según explicó el equipo.
“Nos enfocamos en que los módulos fueran sencillos de construir, con materiales aislantes como sacos de tierra para proteger a los habitantes de las inclemencias del tiempo”, comentó Carla Tarango, al explicar el propósito detrás de los materiales seleccionados.
Refugio con ventilación y ensamblaje sencillo en concurso de diseño
El diseño de los refugios incluye placas de materiales ligeros y resistentes, como láminas de acero galvanizado, junto con sacos de tierra entre las paredes, que proporcionan aislamiento térmico y protección contra temperaturas extremas.
Además, el sistema de ventilación natural, con techos elevados, permite la circulación de aire, lo cual ayuda a mantener el espacio fresco en el interior.
Marco Antonio Erlindo explicó que los diagramas de ensamblaje están diseñados para que los mismos migrantes puedan armar el refugio de manera sencilla y rápida.
“Queríamos que el diseño fuera intuitivo, como armar un set de Lego”, agregó Marco Herlindo.
Evaluación anónima en el concurso de diseño
Con el fin de asegurar una evaluación justa, los proyectos se enviaron sin nombres de los participantes ni de las instituciones de procedencia, garantizando que la selección se basara únicamente en la calidad de las propuestas.
“Era importante que el jurado seleccionara el mejor proyecto sin influencias externas, y que nuestro trabajo hablara por sí mismo”, señaló Daniela Alcerreca.
“Queríamos que el diseño fuera intuitivo, como armar un set de Lego”.- Marco Herlindo.
Trabajo en equipo bajo presión
Con solo diez días para completar el diseño, los estudiantes enfrentaron el reto de coordinarse eficientemente y mantener la creatividad en cada etapa.
“Fue una gran experiencia trabajar bajo presión y aprender a colaborar desde el primer día, entendiendo la manera de trabajar de cada uno”, compartió Emiliano Chávez.
Reconocimiento y oportunidades futuras
La dedicación y habilidades de comunicación del equipo resultaron en una propuesta que sobresalió entre los finalistas por sus aspectos técnicos y estructurales.
Ganar el concurso otorgó a los estudiantes el reconocimiento del Colegio de Arquitectos y la oportunidad de participar en futuros proyectos de impacto social.
“Este tipo de experiencias nos demuestra de lo que somos capaces, y esperamos que más compañeros se animen a participar en concursos así. Más allá de ganar, la experiencia es invaluable”, concluyó Daniela Alcerreca.
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