En 2023, Ana Patricia Molina, directora asociada de la escuela de negocios en el Tec Sonora Norte, junto con la profesora Paula Takashima y un grupo de alumnas crearon un evento con el objetivo de empoderar a mujeres jóvenes de preparatorias públicas a través de los negocios.
Por medio de charlas, talleres y testimonios, el objetivo era inspirar a las jóvenes a visualizar su futuro profesional, acercarlas a nuevas oportunidades y motivarlas a descubrir su potencial tanto académico como profesional.
La respuesta fue tan positiva, que decidieron convertirla en una iniciativa permanente: es así como nació el Club de las Poderosas.

Del aula a la acción
En agosto de 2024, el club se integró formalmente como un Proyecto Solidario del Tec en colaboración con el Instituto Ceforma, una organización que capacita a mujeres en oficios y promueve el emprendimiento.
Fue así como alumnas de distintos programas de la Escuela de Negocios empezaron a acompañar a mujeres que acaban de egresar del instituto. Mediante un diagnóstico y un plan de mejora, les ofrecieron consultorías personalizadas en áreas como finanzas, mercadotecnia, ventas, imagen, entre otras.
“Cada emprendimiento es un mundo diferente. En el club, hacemos un traje a la medida para cada una”, comentó Patricia Molina.
“Cada emprendimiento es un mundo diferente. En el club, hacemos un traje a la medida para cada una”.- Patricia Molina
Formación con propósito
Paloma Quijano, una de las primeras alumnas en formar parte del club, vivió esta experiencia durante 3 semestres. Trabajó con emprendimientos reales, impartió talleres y diseñó herramientas de gestión para emprendedoras.
“Fue el servicio social que más me dejó huella. Me permitió unir mis 2 pasiones: la estrategia de negocios y el empoderamiento femenino”, compartió Paloma.
Su participación también incluyó actividades como el evento Women Up, talleres de finanzas para colaboradoras del campus y proyectos conmemorativos por el 8 de marzo, todas como parte del Club de las Poderosas.
“Sentí que estaba en el lugar correcto, haciendo lo que más amo, y con el corazón lleno”, recuerda la hoy EXATEC.

Más que impacto académico, una transformación social
Desde su inicio, el Club de las Poderosas ha demostrado que el servicio social puede ser una plataforma de formación profesional, desarrollo personal y transformación comunitaria, consideró Molina.
En tan solo 2 generaciones del proyecto, han colaborado activamente 15 alumnas, impactando en 25 proyectos de emprendimiento como panaderías, negocios de serigrafía y florerías, gracias a la asesoría especializada por parte de las estudiantes.
Cada alumna realiza un diagnóstico del emprendimiento asignado y, con base en ello, diseña propuestas a la medida que incluyen desde estrategias de redes sociales, control de inventarios y finanzas, hasta rediseño de imagen o desarrollo de modelos de negocio.
“No es un proyecto masivo porque somos pocas manos, pero poder ver el impacto que llega a tener nuestro apoyo en cada una de las emprendedoras lo vale todo”, afirmó la profesora.

Una experiencia de servicio que impulsa y transforma
Más allá de los entregables, los diagnósticos o las presentaciones finales, Paloma opinó que el Club de las Poderosas representa un espacio donde las estudiantes y las emprendedoras crecen juntas a través del intercambio de conocimientos, experiencias y motivaciones.
Para las alumnas, es la oportunidad de aplicar lo aprendido en el aula en un entorno social y humano. Para las emprendedoras, es un impulso para hacer realidad sus ideas, ampliar su visión y seguir apostando por su desarrollo profesional.
Con cada generación, esta iniciativa reafirma que el servicio social puede ser una herramienta poderosa para formar profesionales comprometidas, conscientes de su entorno y capaces de generar impacto desde su carrera y desde el compromiso solidario, concluyó Molina.
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