Lifelong Learning: la capacidad de reinventarse

Lorena Morales | Redacción Nacional

En el mundo cada vez cobra más importancia la economía del conocimiento. Además, todos los días hay tecnologías desarrollándose y parece que el tiempo no alcanza para conocerlas y usarlas.

En este contexto, ¿cómo podemos asegurarnos de contar con los conocimientos y las habilidades necesarias para mantenernos competitivos?

“Reinventándonos”, señaló Jorge Blando, vicerrector de Educación Continua del Tec de Monterrey, durante la quinta edición del Congreso Internacional de Innovación Educativa (CIIE).

Para lograrlo, les habló a los asistentes de este concepto: el Lifelong Learning (aprendizaje a lo largo de la vida).

Estos son algunos de los puntos que compartió, para ir más allá de sólo estudiar una carrera o un posgrado, y así llegar a una búsqueda continua de conocimientos profesionales y personales.

¿QUÉ ES EL LIFELONG LEARNING?

Es el aprendizaje formal (el que todos conocemos que nos ofrecen las escuelas), pero también es el informal (cuando aprendes de otros o de manera autodidacta) y el aprendizaje no formal en grupos (regularmente a través de la sociedad civil).

“En resumen, es todo el aprendizaje que puede recibir el ser humano. No incluye sólo conocimientos, si no también habilidades, actitudes y comportamientos que vamos adquiriendo a lo largo de toda la vida”.

Añade el especialista: “también es ser más incluyente, aprender a ser mejores ciudadanos y aprender a desarrollarnos en todos los aspectos de nuestra vida”.

¿PARA QUÉ LO NECESITAMOS?

• Para la empleabilidad: “Hay personas, por ejemplo, que por alguna razón pierden su empleo y se tienen que preparar de otra manera, por lo que requiere seguir preparándose para ajustar su vida profesional”.
• Por competitividad: “Hay quien ya sabe hacer muy bien su trabajo, pero quiere hacerlo mejor, quiere actualizarse con cierta tecnología”, destacó Blando.

ALGUNAS TENDENCIAS A CONSIDERAR

Quienes se dedican al ámbito educativo tienen que tomar en cuenta factores para brindar una mejor experiencia de aprendizaje, ya que les tocará plantear nuevos proyectos para todo tipo de personas, con diferentes características y edades.

Algunas tendencias a las que Blando aconsejó seguirles la huella:

La Neurociencia

¿Cómo aprendemos mejor? Para atender este reto, el experto recomienda entender los procesos del sistema nervioso.

“Lo importante de la Neurociencia es que los seres humanos, cuando sentimos emociones, generamos químicos que nos permiten ‘amarrar’ los conocimientos”, destacó.

Arquitectura de experiencias educativas

Si algo abunda en el mundo es la información, pero para entenderla, descifrarla y aprender de ella se requieren de nuevos estímulos.

“Tenemos un modelo en el Tec de Monterrey que se los compartimos. Implica que cuando vamos a desarrollar un curso pensamos en diferentes elementos: qué modalidad, qué estrategias y técnicas didácticas, cuál es la tendencia educativa que vamos a incorporar, cómo vamos a evaluar, quiénes son tus aliados”.

“Esto nos reta a repensar la manera en cómo damos clases”, destacó Blando.

Modelo 70-20-10

Se aprende 70% haciendo, 20% aprendiendo de otros y 10% se aprende en un curso, una lectura.

“En el pasado estábamos muy concentrados en ese 10%, pero todo programa tiene que tener contemplado el elemento de dejar que se aprenda de otros y acabar haciendo cosas que te permitan incorporar el conocimiento”, resaltó.

Credencialización

Ante ritmos acelerados de vida, la gente busca involucrarse en procesos más rápidos y considerables para obtener el aprendizaje.

“Hay que orientarse a competencias y buscar microgrados ¿la razón? El conocimiento humano se dobla cada 13 meses”, puntualizó el Vicerrector de Educación Continua.

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