El componente público de nuestras vidas está desapareciendo, es por eso que es extremadamente importante hacer las ciudades atractivas de nuevo.
Por Manuel Félix Cárdenas - 27/04/2018

Manuel Félix Cárdenas | Opinión | Campus Hidalgo

 

“Primero vida, después espacios, después edificios – a la inversa nunca funciona”. Son palabras del arquitecto y urbanista danés Jan Gehl quien, con su equipo de trabajo, logró retirar a los automóviles de los centros de Moscú y Melbourne y ayudó a expandir la infraestructura ciclista de la ciudad de México.

 

Para Gehl y muchos otros urbanistas, entre los que me cuento, es indispensable el regreso a la peatonalización de las ciudades. El componente público de nuestras vidas está desapareciendo, es por eso que es extremadamente importante hacer las ciudades atractivas de nuevo. Una ciudad atractiva es aquella que ofrece espacios públicos de buena calidad y fomenta la interacción entre ciudadanos. Esto crea mayor sentido de pertenencia y por ende aumenta la participación ciudadana.

 

Las ciudades deben comenzar a adoptar la peatonalización como política de desarrollo para generar comunidades más felices, seguras, sanas y sostenibles, sustituyendo el actual modelo que favorece solo el crecimiento territorial.

 

Actualmente hay una la falsa noción de que la expansión territorial trae beneficios y progreso a las ciudades. Hemos copiado nuestros modelos de ciudad de los Estados Unidos, creyendo que así es como funcionan las ciudades exitosas. Lo único que esos modelos de urbanización trajeron fue una mayor pobreza en muchas comunidades y nuestra gran dependencia del automóvil.

 

Enrique Peñalosa lo explica muy bien: “La medida de una buena ciudad es aquella en la que un niño en un triciclo o bicicleta puede ir a cualquier lugar con seguridad. Si una ciudad es buena para los niños, será buena para todos los demás. En los últimos 80 años, hemos estado creando ciudades más para la movilidad de los automóviles que para la felicidad de los niños”.

 

Tenemos que empezar a generar modelos de desarrollo sostenible que se adapten a nuestras necesidades especificas. Esto implica no sólo ser responsables medioambientalmente, sino también social y económicamente. Mi llamado a los arquitectos, urbanistas, políticos y estudiantes: Diseñemos siempre para la persona menos favorecida y así habremos cubierto las necesidades de todos. Garanticemos las mismas oportunidades para todos los habitantes de la ciudad.

 

En la Escuela de Arquitectura, Arte y Diseño del Tec de Monterrey fomentamos el desarrollo sostenible en nuestras comunidades y ciudades. Quiero terminar con una frase de la gran Jane Jacobs: "Las ciudades tienen la capacidad de proveer algo para cada uno de sus habitantes, sólo porque, y sólo cuando, son creadas para todos".

 

 

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