¿Sientes cansancio, dolor de cabeza o que no puedes concentrarte en clase? Tal vez el problema no sean tus proyectos acumulados, sino algo básico como que no estás tomando suficiente agua.
El Dr. Pedro Mario González, de TecSalud, y la nutrióloga Laura Montes del campus Aguascalientes, indican que la deshidratación leve puede afectar desde tu energía hasta tu memoria.
"Una hidratación adecuada favorece la concentración, mejora la memoria y el estado de ánimo, ya que permite una correcta absorción de nutrientes”, enfatiza Montes.
Los expertos te explican:
1. ¿Cuánta agua debo de tomar al día?
2. Así puedes reconocer que estás deshidratado
3. ¿Agua purificada, mineral, con sabor, refrescos o electrolitos?
4. El 1-2-3 para mantenerte hidratado

“Todos los seres vivos necesitamos agua para vivir, no olvidemos que aproximadamente el 70% de nuestro cuerpo está compuesto por este líquido vital, por lo que es fundamental consumirla de forma constante y diaria”, señala Montes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la ingesta de 1.5 a 2 litros de agua en el adulto promedio, informa el Dr. González, sin embargo, señala que hay otros factores a tomar en cuenta.
"El volumen de agua que debemos de ingerir varía de acuerdo a la edad, el sexo y las condiciones fisiológicas (ejercicio y calor ambiental excesivo) o de enfermedad (la fiebre o la diarrea aumentan la necesidad de agua).
Se considera que, en condiciones normales, sin pérdidas excesivas, el límite superior de ingesta de agua en un adulto promedio es de 3 litros en 24 horas", informa el médico.
"Todos los seres vivos necesitamos agua para vivir, no olvidemos que aproximadamente el 70% de nuestro cuerpo está compuesto por este líquido vital".
¿Y si durante el día casi no he tomado agua, es factible hacerlo en una sola toma?
Montes aclara: no sirve tomar 2 litros de agua de golpe, debido a que el cuerpo no los aprovecha adecuadamente y los elimina rápidamente por la orina.
“Para que el organismo pueda absorber y utilizar el agua en sus funciones vitales, es necesario consumirla de forma paulatina a lo largo del día”, aclara.
También aconseja incluir en las comidas alimentos que hidraten por sí solos, como las frutas y verduras, ya que contribuyen significativamente a la hidratación del cuerpo.

La nutrióloga Montes remarca que uno de los primeros síntomas de no estar tomando la suficiente cantidad de agua es la sed.
“Cuando ya siento sed, significa que mi cuerpo está en un estado de desequilibrio hídrico, y posiblemente también electrolítico. No se debe esperar a tener sed para beber agua, es importante mantenerse hidratado a lo largo del día”, mencionó.
Advirtió que el dolor de cabeza también puede ser un síntoma de la deshidratación: “Cuando nos duele la cabeza, solemos recurrir de inmediato a un medicamento, olvidando que muchas veces el malestar puede deberse a no tomar agua suficiente”.
“Para que el organismo pueda absorber y utilizar el agua en sus funciones vitales, es necesario consumirla de forma paulatina a lo largo del día”.
Otros síntomas que puede tener la poca ingesta de agua, según la nutrióloga, son: falta de concentración, estreñimiento, perdida severa de peso, afecciones en el riñón y resequedad en la piel y el cabello.
Una forma que compartió para saber si estás correctamente hidratado es observar el color de la orina:
Orina muy oscura: indica deshidratación, es normal solo en la primera orina del día.
Orina totalmente transparente: señala exceso de agua, lo que puede arrastrar minerales y causar un tipo de deshidratación.
Orina amarillo claro (como agua de piña): es el color ideal y muestra una hidratación adecuada.

Montes señala que nuestra bebida principal debe de ser el agua purificada y que el agua de sabor y los refrescos no deberían formar parte de nuestra rutina diaria ni ser opción principal para la rehidratación.
Además, comentó que también es importante saber cuando es necesario complementar el agua natural con electrolitos o bebidas isotónicas, ya que estas nos ayudan a reponer minerales que podemos perder mediante el sudor o la orina.
“No se trata solo de sustituir el agua con este tipo de bebidas, sino de complementarla, especialmente en actividades físicas intensas de más de una hora o cuando la actividad es bajo el sol o en climas muy cálidos, cuando es necesario reponer minerales.
“Una receta muy fácil y muy sencilla es agua mineral con unas gotitas de limón, un poquito de azúcar, esto ayudará a para los minerales que se están perdiendo”, aconseja.
Añade que si sentimos mucha sed y el agua no la quita, podría ser un signo de desequilibrio electrolítico, en esos casos, recomienda complementar el consumo de agua con bebidas isotónicas para recuperar minerales.

La nutrióloga explica que si no se tiene el hábito de tomar agua, se deben de establecer metas graduales, es decir, si la meta son 2 litros diarios, puedes empezar con medio litro, luego aumentar a 1 litro, después a litro y medio, hasta alcanzar la meta.
“Si estoy tan ocupado que se me olvida tomar agua, recomiendo poner alarmas cada hora, no hay que esperar a tener sed, sino dejar que algo nos lo recuerde.
“Otra estrategia es aprovechar los tiempos de comida: si haces 5 al día, puedes tomar entre 250 y 300 mililitros en cada uno para acercarte a la meta diaria de agua”, recomendó.
Si es que el sabor del agua no es del agrado de alguna persona, brinda este consejo: “Podemos ponerle gotitas de limón o de naranja al agua para que tenga un pequeño sabor distinto”.
Como alternativa, también sugirie agregar gotas de clorofila, las cuales no solo aportan un sabor singular, sino que además dejan un aliento fresco en la boca.
SEGURO QUERRÁS LEER ESTO:
Y TAMBIÉN: