Marina Macías, estudiante del Tec, relata su participación en grupos que apoyan la construcción de espacios más seguros y equitativos para las mujeres
Por Marina Macías | Estudiante Escuela de Negocios del Tec - 07/03/2025 Fotos Shutterstock

Desde mi llegada al Tec he sido testigo del poder transformador del activismo feminista estudiantil.

Este tipo de activismo, ahora más que nunca, es un aliado para las instituciones educativas que buscan construir un futuro con espacios equitativos, comunidades seguras y libres de violencia de género.

El liderazgo disruptivo de mis compañeras ha sido plataforma para impulsar conversaciones sobre las diferentes formas que toma la violencia de género para volverla menos elusiva y poder detectarla o erradicarla a tiempo. 

Gracias a las oportunidades que nuestra institución otorga, he tenido la fortuna de aportar acciones hacia la consolidación de un entorno educativo seguro para las mujeres de la comunidad.

Cada agente tiene diferentes niveles de acceso a la vivencia cotidiana del campus, una vista exclusiva desde donde están paradas; desde las alumnas, tenemos visibilidad a la realidad en las aulas y pasillos para hacerlos más seguros.

 

Imagen conceptual de mujeres, alusiva a la conmemoración del 8 de marzo

 

Aunado a lo anterior, en mi caminar por los grupos estudiantiles, he podido conocer personas con las mismas inquietudes y ganas de hacer algo respecto a los temas que nos afectan como alumnas, alumnos y alumnes.

Como parte del grupo GirlUp, he sido parte del trabajo para generar un entendimiento informado y empático a las vivencias de discriminación y violencia de las mujeres en el país y el mundo.

Esa labor nos permitió imaginar, esbozar y ejecutar actividades, puntos de reunión, de cuestionamiento y de comunión entre la comunidad, que nos llevaron a participar con organismos como ONU Mujeres.

Dicha vinculación me dio la oportunidad de representar al Tec y a México en el Foro Global para Ciudades y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas en Quito, Ecuador.

Dentro de este foro tuve la oportunidad de mostrar, bajo experiencia empírica, que el impulso institucional al activismo estudiantil feminista es un factor elemental en:

  • reevaluar protocolos de atención a casos de violencia en el espacio educativo,
  • redefinir el propósito de diferentes lugares compartidos como espacios de denuncia y protesta,
  • y transformar el aula a centros de contención.

 

El activismo universitario significa sentirse responsable de en qué se convierten las comunidades que conformamos, los equipos que lideramos y proyectos que creamos.

Tenemos la oportunidad de actuar como puente entre las autoridades y las necesidades de la comunidad para ver cambios tangibles y duraderos.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, es un espacio de reconocimiento del dolor que atraviesta el mundo por la violencia de género y cuestionarnos nuestro poder y rol en eliminarla de nuestro entorno.

Ahora que me encuentro en el último semestre de mi etapa universitaria estudiando la Licenciatura de Economía, veo cosechar cambios en mi universidad de la mano con el Centro de Reconocimiento de la Dignidad Humana del campus.

 

"El activismo universitario significa sentirse responsable de en qué se convierten las comunidades que conformamos (...)"

 

Gracias a la sororidad que encontré en los pasillos, en el aula y en mi campus Monterrey he podido continuar a alcanzar mis sueños como economista para dar luz con el uso inteligente de los datos de lo que de otra manera pasaría desapercibido y que al final define los resultados que observamos.

Le atribuyo a estas experiencias que en octubre de 2023 fui seleccionada para formar parte del programa Profesionistas en Desarrollo por el Grupo FEMSA.

Actualmente, como Líder FEMSA en el área de Analíticos de Recursos Humanos en la división de Proximidad Américas y Movilidad, he podido compaginar mis competencias académicas con mi labor de activismo feminista: ayudando a proporcionar información valiosa y relevante.

Los datos son lo que visibiliza lo invisible, le dan dimensión a los dolores que nos atraviesan cada día, y son la llave para generar las soluciones adecuadas para abordarlos.

Me entusiasma continuar uniendo las ventajas y posibilidades que da el análisis de datos que la Economía me ha enseñado y unirlo con una labor de fortalecimiento comunitario.

 

 

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