Ana Lucía Aguilar “vivió” en el Tec de Monterrey campus Laguna durante 4 años. Llegaba a primera hora y se iba cuando los guardias le avisaban que debían cerrar.
Cada día exprimía cada hora: por la mañana era estudiante de diseño industrial; en las tardes, parte del programa vivencial del Tec Storytellers; y por las noches ensayaba musicales y ensambles.
Antes de su graduación recibió un Borrego de Oro, un premio que reconoce a pocos egresados de cada generación por su trayectoria deportiva, artística y de liderazgo.
"Ese premio me hace mucha ilusión. Me recuerda que lo logré, aunque el tiempo era mi peor enemigo".
Sin embargo, durante su carrera pensó que llegaría a colapsarse por ese ritmo frenético para mantener su beca artística que le exigía desarrollarse como cantante con constancia, sin dejar de lado su carrera como diseñadora industrial y ser fotógrafa.
Cómo ganar la lucha contra tiempo al tiempo
La joven comentó a CONECTA que entró al Tec gracias a una beca artística.
"Cuando entré al Tec me advirtieron que mi beca era muy demandante y que mi carrera era aún más, pero me aferré a hacer lo que me apasiona con excelencia".
Ana Lucía recuerda que muchas veces pensó que colapsaría porque se le juntaban proyectos en sus 3 pasiones, pero aprendió a gestionarse.
“Siempre les digo a todos que en el Tec fui 3 personas bien diferentes: era la loca de las fotos, la de los musicales y la tía con el babero lleno de pintura que hacía manualidades.
"El tiempo era mi peor enemigo, incluso me costaba levantarme temprano".
Decidió que tenía que dividir su día de modo que también pudiera disfrutar sus amigos. Comenzó a llegar a primera hora para aprovechar el taller de diseño vacío y pedía sus coberturas de Storytellers por la tarde.
Storytellers es un programa que provee de una experiencia laboral a través de fotos, notas, videos y contenido en redes, para contar las mejores historias de la institución.
"Sin duda, lo más difícil fue organizarme para poder hacer todo lo que me gustaba".
El resto del día ensayaba con los personajes de los musicales. A veces llegaba toda llena de pintura a sus ensayos.
"Me hice muy disciplinada, si tenía algún momento libre lo aprovechaba para hacer tareas, pero me hacía espacios para hacer cosas con amigos".
El mundo a través de la lente
Ana Lucía Aguilar todavía no estudiaba en el Tec cuando aplicó por primera vez a Storytellers.
"Mi hermana mayor estudiaba en el Tec, entonces, siempre estuve cerca de la institución. En agosto de 2020 apliqué al programa como externa y obviamente no quedé".
Al año siguiente, cuando ya era estudiante del Tec aplicó por segunda vez y fue aceptada.
"Siempre me ha gustado la fotografía, la traía en las venas porque mi mamá es fotógrafa, pero aquí fue desarrollé un estilo propio".
El programa le permitió desarrollar habilidades que no tenía como comunicación, redacción, planeación, trabajo en equipo, pensamiento crítico y liderazgo, asegura.
"También viajé mucho por los bootcamps (capacitaciones del programa): fui a Monterrey, Guadalajara y Querétaro. Pero uno de los viajes que más presumo es Chiapas, ese es mi trofeo".
"Cuando entré al Tec me advirtieron que mi beca era muy demandante y que mi carrera era aún más, pero me aferré a hacer lo que me apasiona con excelencia".
Su "enfoque" como fotógrafa la lleva a Chiapas
En 2022 Ana Lucía fue elegida en el ámbito nacional para hacer una cobertura nacional en Chiapas para cubrir un el 1er Taller de Conocimientos Indígenas.
Este era un evento de la Asociación de Universidades de la Cuenca del Pacífico (APRU), a la cual pertenece el Tec, con presencia de investigadores sociales de ocho universidades del mundo.
"Me sentí muy especial porque eligieron mi lente para capturar un momento tan importante. Fue mi primer viaje sola, entonces personalmente también crecí".
El estilo fotográfico de Ana Lucía se enfoca mucho en los rostros y los detalles pequeños como las manos, expresiones y colores.
¡Mamma mía! La protagonista del musical
Uno de los recuerdos más vividos que tiene Ana Lucía es ver a su hermana cantar en el Tec.
"Fue como de película, veía toda la energía, sentía mil emociones, y pensé yo tengo que ser parte de eso, vivir esa experiencia".
Cuando aplicó para entrar al Tec hizo la audición de canto de beca artística. En la prueba le preguntaron cuál era su tesitura y no la conocía, pero su voz le dio un lugar en el Tec.
Lo que ella no sabía era que para este apoyo también necesitaba bailar, fue una habilidad que aprendió ya dentro de la Compañía de Teatro de Laguna.
La primera participación que tuvo fue en un ensamble de Beyoncé. No obtuvo ningún solo, pero fue corista. En la pandemia hizo algunos solos en el ensamble de Queen. Después obtuvo otros solos para Inside y un autoconcierto.
"Fui adquiriendo experiencia, bailando mejor, cantando con técnica y eso poco a poco me hizo obtener solos. Pero fue a base de muchos ensayos, con persistencia y paciencia".
"Lo que más me gusta del Tec es que me regaló todas estas oportunidades de ser muchas cosas a la vez".
Y finalmente uno de los trabajos más retadores: Mamma mía. Ana Lucía audicionó para hacer el papel protagónico junto con otras 30 chicas. Fueron 3 filtros: canto, baile y teatro.
"Yo creo que me fue bien, pero había grandes talentos, entre ellos mi hermana. Y luego se tardaron mucho en decir el elenco, pero ese día fue de película porque mi papel lo dijeron hasta el último y yo no sabía si era sueño o realidad".
El musical se ensayó por un año. Durante este tiempo Ana Lucía tenía que organizarse para hacer todas sus actividades.
"Además, fue un reto muy grande para mí a nivel personal, creo que tuve un mejor entendimiento de quién soy yo, cómo reacciono y tomo el control de mis emociones y eso me sirve hasta el día de hoy".
Además de su protagónico también canto en diversos eventos del Tec, graduación, aperturas de eventos y diversos musicales.
También fue parte de VibrArt, el festival nacional de arte del Tec. Ahí ganó el premio a mejor producción con su canción Vete.
"Cerré muy bonito en Tec porque canté en mi propia graduación y eso fue muy especial, lloré bastante".
Qanat: una pasarela de joyería de lujo
Ana Lucía al mismo tiempo sacaba su carrera adelante al aprovechar las mañanas para dedicarse al taller.
Uno de los proyectos que más la hacen sentir orgullosa es Qanat, una pasarela de joyería de lujo que hicieron en conjunto con el Gobierno de Parras de la Fuente.
El proyecto se tituló: Qanat. El milagro en el desierto y tenía una colección de joyería de estudiantes de Diseño Industrial inspirados en la arquitectura, vitivinicultura y gastronomía de Parras de la Fuente.
La joyería estaba hecha de plata, níquel, latón, madera, vinipiel, textiles y otros materiales representativos del pueblo mágico de Parras.
"Este proyecto fue desde hacer la joyería, entrevistar artesanos, buscar patrocinadores, cerrar calles, dirigir a las modelos y montar la pasarela"
Ana Lucía estuvo involucrada en toda las partes y pudo hacer gracias a sus tres pasiones:
- Hizo una colección de joyería de madera de nogal.
- Uso sus habilidades como storyteller para hacer entrevistas y fotos a los artesanos.
- Su talento de teatro para hablar con los patrocinadores.
- Su experiencia en escena para dirigir a las modelos.
"Qanat fue hermoso porque realzamos el trabajo de los artesanos y compartimos sus historias en el evento y claro, pusieron sus stands durante la pasarela, eso les ayudó en sus ventas. Les gustó tanto que lo seguirán haciendo".
Todo se confirmó al ganar el premio Borrego de Oro, máximo galardón que otorga el Tec a los estudiantes distinguidos de su generación por su trayectoria deportiva, artística y de liderazgo.
"Ese premio me hace mucha ilusión. Me recuerda que lo logré, aunque el tiempo era mi peor enemigo".
"El Tec me hizo muy diversa, me permitió dejar un legado musical. Pero lo que más me gusta es que me regaló todas estas oportunidades de ser muchas cosas a la vez", finalizó.
Los consejos de Ana Lucía
Algunos de los ingredientes que Ana Lucía considera indispensables para hacer varios proyectos al mismo tiempo son:
- Una familia que te apoya y está ahí para ver tus logros
- Amigos disciplinados que no te dejan abordar buenos hábitos
- Usar recordatorios para todas las tareas que debes hacer
- Darle a cada proyecto todo tu amor y pasión
- Disfrutar el proceso de cada logro
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