El equipo Quantum Robotics, integrado por estudiantes del Tecnológico de Monterrey campus Estado de México, la Universidad Nacional Autónoma de México, el Instituto Politécnico Nacional y la Universidad Autónoma de Nuevo León, fue finalista en el concurso internacional University Rover Challenge (UCR).
Marco Moreno, estudiante del Tec en la carrera de Ingeniería en Robótica y líder del único equipo mexicano finalista, explicó en qué consistió la última etapa del concurso que se llevó a cabo los primeros días de junio en un desierto en el estado de Utah, en Estados Unidos.
“Básicamente se trata de ir a un terreno en un desierto para emular las condiciones de un vehículo de exploración espacial. Son varias misiones las que la competencia pedía; una es en donde el rover tenía que ir a un punto de manera autónoma evitando obstáculos.
Otra fue para ver las capacidades del brazo robótico en operaciones de precisión; y una más fue de laboratorio, donde el rover tiene que recolectar muestras y añadir compuestos químicos para saber si hubo o hay vida”, detalló.
En la competencia participaron más de 90 equipos de 15 países, de los cuáles únicamente 36 fueron finalistas para las misiones en el desierto de Estados Unidos. El rover mexicano Q-Mars obtuvo el lugar 15.
Quantum Robotics
El equipo mexicano integrado por cuatro universidades cuenta actualmente con 40 integrantes. Raúl López, estudiante de Ingeniería en Robótica en el Tec y miembro del área de control explicó que son 7 áreas las que conforman al equipo Quantum Robotics.
“Para nosotros es un gran logro porque es un trabajo de las 40 personas que conformamos el equipo. Nos dividimos en 7 áreas: electrónica, mecánica, control, ciencias, telecomunicación, negocios y comunicación.
Me gusta mucho poder aplicar lo que estoy viendo en clase en un proyecto de esta magnitud”, resaltó.
Marco explicó que la idea de crear un robot nació en el año 2019, cuando a él y a tres amigos más del Tec les llamó la atención el concurso que un profesor en clase les mostró. La primera versión del rover fue nombrada ‘Rover-to’, y para la segunda etapa y como actualmente es conocido, fue rebautizado como Q-Mars.
Q-Mars
Camila Martínez, vocera del equipo, estudiante de Ingeniería Mecatrónica en el Tec y líder del área de electrónica del rover, detalló más respecto a la estructura y componentes de Q-Mars.
“Tiene un mayor nivel de ingeniería que antes, todas las piezas son diseñadas por nosotros y manufacturadas con cortadoras láser.
Ha tenido una evolución muy importante desde Rover-to, sobre todo en la optimización de procesos de ingeniería y en el uso de procesos de maquinado que son mucho más complejos”, explicó.
Con el confinamiento por la pandemia, el equipo se vio enfrentado a distintos retos, pues no tuvieron acceso a muchas herramientas para la construcción de la primera versión del rover. Adán Medina, estudiante de Ingeniería Mecatrónica del Tec y miembro del área de mecánica comentó:
“Fue un reto muy importante el haber estado en casa y no contar con todas las herramientas que necesitábamos. Ya cuando regresamos al Tec, hicimos muchos ajustes con todas las herramientas que aquí tenemos.
Otro reto fue la organización, somos un equipo muy grande y reconozco a los líderes de cada una de las áreas para el tema de logística de todo el equipo”, dijo.
Próximos encuentros
Como estudiante del Tec de Ingeniería en Tecnologías Computacionales y líder del área de control, para Ariadna Huesta, el integrar diversos componentes en el rover que es posible únicamente a un equipo multidisciplinario, representa una oportunidad para explorar más a fondo las aplicaciones de su carrera.
“Ya que me gradúe me gustaría trabajar en más proyectos que involucren distintas disciplinas, aplicar lo que sé de mi carrera en otras áreas”, comentó.
UCR es sólo una de un conjunto de competencias de simulación de exploraciones espaciales; el equipo Quantum Robotics ya fue aceptado en otra que se celebrará en agosto, la Canadian International Rover Challenge y ya fueron invitados para participar en otras competencias en Medio Oriente.
Impacto social a través de la ciencia y tecnología
Camila Martínez detalló que, además de las competencias en las que participan, el equipo tiene un programa de ayuda social y aprendizaje para niñas y niños de casas hogares, comunidades vulnerables y distintas escuelas en el Estado de México y la Ciudad de México.
“Buscamos compartir la filosofía STEM (Sciencie, Technology Engineering and Mathematics) con jóvenes y niñas y niños para impulsarlos a que desafíen su potencial. Actualmente tenemos dos proyectos: ‘La ciencia no tiene género’ y ‘Robótica educativa’.
Los cursos son creados e impartidos por nosotros y buscamos involucrar a más comunidad estudiantil; actualmente colaboramos con el servicio social del Tec de Monterrey en los campus Estado de México y Ciudad de México”, compartió.
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