Especialista del Tec de Monterrey invita a disfrutar este 2021 los aspectos cotidianos de la vida
Por Pablo Ayala | Formación Ética - 02/01/2021

Pablo Ayala | Opinión | Director de Formación Ética y Ciudadana

Recordaremos el 2020 por lo vivido y, sobre todo, por lo no vivido.

2020 fue un año inconcluso, trunco, manco, deficitario, empeñado en dejarnos a medio camino de un sinfín de cosas imposibles de listar.

Vidas por realizar, cumpleaños por celebrar, ciclos escolares que cursar, risas por compartir, proyectos por emprender, viajes por hacer, amistades por cultivar, reconciliaciones por retomar, errores por cometer.

Haciendo propias las palabras de Luis Landero en su espectacular novela Lluvia fina, los recuerdos agridulces y aletargados del 2020 vivirán en nosotros “durante muchos años, latiendo débilmente en un rincón de la memoria, esperando una segunda oportunidad de regresar al presente para aumentar y corregir lo que no quedó del todo claro en su momento.

"[Algunos] llegarán en son de guerra cargados de agravios, y ansiosos de reivindicación y de discordia”, otros, como bálsamo, volverán para reconfortarnos el alma.

Traigo a cuento el papel de la memoria, porque resulta imposible imaginar un año nuevo sin hurgar en los rincones de ésta, porque, para efectos prácticos es el andamiaje mental donde se asienta el futuro que deseamos.

Y, si de desear se trata, al igual que usted, para este 2021 quiero salud, amor, paz, alegría, trabajo, tiempo con la familia.

 

Disfrutar el tiempo con la familia es uno de los propósitos de este año.
Disfrutar el tiempo con la familia es uno de los propósitos de este año.

 

Pero también, porque de eso se trata el desear, a lo largo del año deseo diez cosas más:

1) Disfrutar la maravilla de lo simple y ordinario: respirar, ver, caminar, reír, comer, descansar, vivir acompañado, decidir, dormir en una cama, disponer de tiempo. 

2) Mantener el asombro por todo lo que me rodea: el sol, las estrellas, los cerros, el beso del aire, el árbol vuelto mesa, el agua del grifo, mis rincones en casa. 

3) Crecer en fe y esperanza. 

4) Más empatía.

5) Sacudirme el miedo a la enfermedad, la muerte temprana, la miseria, el dolor, el olvido). 

6) Ser algo importante para mis hijas. 

7) Dar más de lo que recibo. 

8) Redescubrir y disfrutar la utilidad del saber y quehacer inútil. 

9) Cultivar la autocompasión. 

10) Renovar los ánimos para seguir adelante.

Quizá todo esto le parezca súper cursi, pero ¿cabría desear algo más este 2021?

 

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