El Tec de Monterrey campus Sinaloa participó como aliado en la colecta anual de alimentos Hambretón 2024, una iniciativa destinada a apoyar a las familias más vulnerables de la región de Culiacán.
Este año, entre estudiantes y colaboradores se logró recaudar un total de 7 mil 164.42 kg de alimentos, siendo 6 mil 27.37 kg de arroz y 1 mil 124.55 kg de frijol.
Los alimentos recaudados serán donados al Banco de Alimentos de Culiacán, organización sin fines de lucro que se encargará de entregar lo recaudado a familias vulnerables.
"Este logro muestra el compromiso y el espíritu solidario de todos".- Christelle Iribarne.
La participación estudiantil y la comunidad académica
Daniela Pérez, presidenta de la Sociedad Estudiantil de Negocios del campus (SENEG), explicó que se seleccionó a un representante de cada carrera para fomentar la donación entre los estudiantes.
“Cada representante estuvo incentivando las donaciones a través de los canales de difusión y con el apoyo de los directores de carrera”, detalló Daniela Pérez.
En términos de organización, explicó que se acordaron lugares estratégicos donde los alumnos dejaran sus donaciones, asegurando que estuvieran ubicados en zonas de alta circulación.
De la misma manera, considera que la clave estuvo en fomentar un sentido de comunidad y responsabilidad social, al mantener a los estudiantes informados y motivados por la causa.
“Además, los directores de carrera nos apoyaron en la organización de colectas para comprar costales de frijol entre el alumnado”, explicó Daniela.
Un esfuerzo en beneficio de familias
Por su parte, Daniel Tapia, director del Banco de Alimentos de Culiacán destacó la importancia de cada donación, destacando que cada kilo es importante para las familias.
“Un kilo puede hacer la diferencia para una familia que no tiene arroz ni frijol.
“Cada donación cuenta, sigamos juntos, porque el hambre se combate mejor en equipo”, concluyó.
Por su parte, la profesora de PrepaTec Christelle Iribarne, quién organizó la colecta en el campus, destacó que le resultó emocionante cómo la comunidad se unió por la causa.
"Nuestro trabajo es hacer que cada persona se sienta parte de esta campaña y que viva los valores de nuestra institución”, compartió Christelle.
Además, relató que se enfrentó al desafío de posponer el inicio de la campaña debido a situaciones de inseguridad en la ciudad de Culiacán.
“Con el lema cada kilito cuenta y ahora más que nunca, iniciamos la colecta para enfatizar la importancia de la solidaridad en momentos difíciles”, añadió la profesora.
De igual manera, destacó que para involucrar a los estudiantes, establecieron metas claras y desafiantes.
"Este logro muestra el compromiso y el espíritu solidario de todos", expresó.
También, enfatizó que la confianza ya establecida en el Banco de Alimentos por la participación en campañas previas favoreció la respuesta positiva de la comunidad.
“Nuestros estudiantes de preparatoria demostraron una generosidad y entusiasmo que marcaron la diferencia, donde un grupo juntó una tonelada entre ellos mismos", afirmó.
El impacto en la cultura estudiantil
La profesora Christelle explicó que la colecta ayuda a los estudiantes a experimentar y vivir los valores de liderazgo con sentido humano y empatía hacia la comunidad.
"Este tipo de iniciativas deja en los estudiantes una gran lección de responsabilidad social y los hace conscientes del impacto que pueden tener en la sociedad", explicó.
Sobre el futuro de la campaña, espera que el próximo año puedan superar una nueva meta con la colaboración de la comunidad estudiantil.
“Este año ha sido un recordatorio de la resiliencia y del poder de la unidad; juntos, podemos marcar una diferencia”, concluyó.
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