Uno de los momentos más esperados en el año para adquirir un producto o servicio está por llegar, fecha en la cual la gente se prepara con el fin de hacer rendir su dinero al aprovechar descuentos especiales que hacen diferentes comercios y que entran en una fuerte competencia por los clientes.
Para realizar las compras las personas deberán establecer una planeación con detalle para no perderse en una serie de ofertas que puedan afectar los bolsillos.
Si consideras adquirir algún producto durante el Buen Fin es importante que tengas cuidado con mensajes como “El precio más bajo del año”, ‘remate’ o ‘con 70 por ciento de descuento’.
Antes de realizar una compra en este evento que está por iniciar el próximo lunes 9 hasta el 20 de noviembre hay aspectos que como consumidor o consumidora debes tomar en cuenta.
Algunos de ellos es evitar caer en el error de obtener artículos que no necesitas solo porque se ofertan a buen precio, compartió Jesús David Morales, director de la carrera en Contaduría Pública y Finanzas, en campus Monterrey.
“(Se debe) realizar un análisis de lo que realmente necesitamos. Un buen precio, por más bajo que sea, de nada nos sirve si es de un producto que no necesitamos.
“Tratar de ser objetivos en nuestra lista de deseos y preguntarnos: ‘¿Realmente necesito este producto?’ y ‘Si no lo comprara, ¿podría pagar algo más importante con el dinero que estaría gastando en el producto?’, dijo Morales.
El Buen Fin tiene como propósitos facilitar la compra de bienes a precios bajos y apoyar la economía de familias mexicanas, así como fomentar el consumo interno, promover empresas nacionales y combatir la informalidad en el comercio.
Este año, debido a la situación de la pandemia por el COVID-19, la duración de esta edición se extenderá hasta 12 días, cuando tradicionalmente eran casi tres a cuatro días.
Por ello, te compartimos algunos otros datos de cómo puedes sacar el mayor provecho al Buen Fin desde casa a la par de cuidar el aspecto financiero.
Las recomendaciones
El director compartió que durante esta época los consumidores se han ido acostumbrando más a adquirir bienes y servicios a través del internet debido a la facilidad para hacerlo.
“Para aprovechar (el evento) debes realizar una búsqueda de productos que necesitas, una vez que los identifiques busca entre diferentes opciones cuál es la que en realidad tiene precio más bajo”, indicó Morales.
Adquirir productos que no se necesitan es un desperdicio de dinero, además que en ocasiones pareciera que las deudas no son relevantes en las decisiones, dijo el también profesor.
“Supongamos que quieres una pantalla y la encuentras en 7 mil 500 pesos. En la tarjeta de crédito tienes un saldo por 15 mil pesos que pagas puntualmente cada mes. La pantalla te costará mucho más.
“Supongamos que la tasa de interés de nuestra tarjeta de crédito es del 60% anual. Entonces, la ‘oferta’ no costará 7 mil 500 pesos, sino 7 mil 500 más.
Morales explicó sobre este ejemplo que, aunque la compra se haya hecho en efectivo, el dinero que se gastó se pudo abonar a la deuda, lo que bajaría la cantidad de intereses que se paga.
“Otro ejemplo es el tema de meses sin intereses; no tenemos deudas en ningún otro lado, siguiendo con la pantalla, se podría pagar así, pero el riesgo está en nuestro control. En esta época he visto muchas personas abusar de estas promociones.
“El acumulado de pagos mensuales por estas compras es tan alto que apenas si queda efectivo disponible para cubrir gastos básicos”, dijo.
El especialista recomendó a las personas cuestionarse si en realidad se necesita del producto o servicio que se piensa adquirir.
“Hay una gran diferencia entre ‘necesitar’ un producto y ‘querer’ un producto. Debemos evaluar la necesidad de la compra.
“Siempre es tentador aprovechar un buen precio en un producto o servicio. Pero, una compra por instinto y no realmente razonada nos puede llevar a problemas y costos adicionales que superarán el beneficio del precio reducido”, comentó.
Otros aspectos importantes para considerar son los costos asociados con la compra que se realizará y la propia capacidad de pago, sugirió Morales.
“No me refiero solo al precio, sino a todo lo que necesitamos para que ese producto en realidad sea funcional. El viejo dicho ‘Lo barato cuesta caro’ puede hacerse realidad si no hacemos buena investigación y comparamos”, dijo.
“Aún con compras a meses sin intereses, si se acumulan, llevan a un predicamento si las mensualidades superan el monto que tenemos disponible para pagarlas”, finalizó.
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