¿Sabes que tienes un pendiente importante, pero le sacas la vuelta por miedo a fallar? ¿Te frustras y prefieres posponer tus planes? ¿No te dan ni ganas de hacer tareas? Muchos en algún momento nos preguntamos cómo dejar de procrastinar.
Así lo señala Adriana Villarreal, profesora de psicología en Tecmilenio, universidad auspiciada por el Tec de Monterrey. La experta considera que el primer paso es aprender a manejar las emociones.
“Procrastinamos cuando dejamos para después actividades que nos generan algún tipo de miedo o desagrado, o porque estamos tristes o enojados y eso nos impide comenzar a trabajar”, explica la psicóloga.
Cómo dejar de procrastinar, paso a paso
Villarreal comparte 3 procesos que puedes ir poniendo en práctica para comenzar a encontrar la raíz de tu procrastinación y maneras de poco a poco darle la vuelta a esa situación:
1. Reconoce las emociones detrás de tu procrastinación
2. Aprende a manejar tus emociones y evita un círculo vicioso
3. Acciones para evitar el "mañana lo hago"
1. Reconoce las emociones detrás de tu procrastinación
La especialista dice que algunas emociones desagradables pueden ocasionar que postergues tus actividades, como tareas o trabajos importantes, y eso después también te genere estrés y ansiedad.
- Tristeza
Cuando alguien siente este tipo de emoción, se escucha de la siguiente manera, señala Villarreal:
"Cuando estoy triste, nada me parece interesante y no trabajo en algo que no tiene sentido. La tristeza no me deja ponerle una connotación positiva a aquello que quiero hacer, como estudiar, hacer la tarea".
- Enojo
Cuando tengo enojo tengo una descarga de mi energía cerebral y no tengo ganas para hacer otras cosas.
"Aquí tengo que saber por qué estoy enojado. Por ejemplo, estoy enojado porque no le entiendo al maestro", destaca la experta.
- Miedo
"Puedes sentir miedo a hacer algo y no lo comienzas porque piensas que puedes fallar. A veces también hay miedo al éxito, de que te vaya bien y no saber qué hacer después", resalta Villarreal.
- Desagrado
"Aunque a veces puede parecer que tienes flojera, lo que puede hacer que no empieces una actividad es que simplemente te desagrada, no te llama la atención. Por eso haces otras cosas antes de enfocarte a eso que estás posponiendo", expone la especialista.
2. Aprende a manejar tus emociones y evita un círculo vicioso
Para manejar tus emociones primero debes observar cuáles son tus pensamientos.
"Toda emoción proviene de un pensamiento. Los pensamientos que tengo son las emociones que me provocan.
"¿Qué hago para manejar mis emociones? Tengo que observar qué situaciones la están provocando, ver qué pensamientos están inclinados a sentirme triste o enojado, por ejemplo, y me hacen quedarme detenido", apunta la experta.
Otro punto que tienes que preguntarte es si lo que tienes que hacer tiene una connotación negativa para ti y si incluso no hacerlas puede impactar negativamente en tu autoconfianza y autoestima, dice Villarreal.
“La procrastinación te puede generar un ciclo vicioso que te va a llevar a sentirte peor; tal vez por miedo no hiciste lo que debías, pero después te puedes reprochar o sentir culpa por no hacerlo, y eso te va a generar estrés y enojo”, añade Villarreal.
Si tal vez estás aplazando un pendiente por temor a fallar es importante saber cuáles son tus fortalezas. Eso te ayudará a tener más confianza en ti mismo.
“Es importante conocerme para saber si estoy en el momento de avanzar, que tienes las herramientas suficientes, pensando en que en el camino podrías mejorarlas o multiplicarlas”, sugiere la psicóloga.
La especialista dice que a veces no iniciamos un proyecto porque estamos esperando a que se den todas las condiciones para que todo sea perfecto. Sin embargo, la psicóloga aconseja tomar acción.
“Si aplazas tus metas hasta que todo esté perfecto quizás nunca vas a poder hacerlo. Lo importante es que comiences usando tus fortalezas y las herramientas que tienes a tu alcance, no importa si no son perfectas.
“Por ejemplo, si yo quiero hacer un podcast y no me animo a grabar hasta que tenga un micrófono muy profesional, pues aquí voy a estar esperando hasta conseguirlo”, comenta.
Por último, debes identificar de manera realista cuando algo está en tus manos llevarlo a cabo, dice la especialista.
“Haz un alto para observar tu realidad y analiza qué cosas puedes hacer y qué cosas no están en tu control.
“Estamos en un momento alterado de la realidad, en donde no podemos evaluarnos igual que lo haríamos antes de la pandemia. No es que bajemos el grado de calidad o de productividad, pero sí necesitamos evaluarnos diferente para evitar generar ansiedad”.
3. Acciones para evitar el "mañana lo hago"
Aquí te dejamos estos consejos que la psicóloga compartió para CONECTA para evitar procrastinar:
- Ten claras tus prioridades
Saber priorizar es la clave para no procrastinar, dice Villarreal. Así que primero necesitas saber cuáles son tus objetivos, y a partir de ahí, podrás saber qué es lo más importante.
“Pregúntate qué necesitas: tener mejores calificaciones, conseguir un trabajo o divertirte un poco más; podrás decidir de una manera honesta qué acciones te van a beneficiar más en tu camino".
- Evita los distractores vacíos
Villarreal sugiere distinguir entre las actividades recreativas importantes de aquellas que solo son distractores vacíos que solo te harán más cansado y tardado llegar a tu objetivo.
“Hay que identificar cuáles son los distractores que no te nutren. Por ejemplo, si te la pasas mucho en el WhatsApp o el Facebook. Identifico esas actividades que me distraen y analizo de qué me están sirviendo o por qué son una necesidad para mí”.
- Prioriza tus actividades
La psicóloga sugiere priorizar, hacer un checklist y hacer lo más importante primero, que aunque no sea placentero, como la frase de "comerse el sapo primero". El haber terminado esa tarea te dejará la satisfacción de logro para continuar con el resto de tus pendientes.
“Puedes planear tu día y programar en diferentes horarios para todo lo que vayas a hacer; no subestimes el tiempo, si dejas las cosas importantes para el último, tal vez no te salgan como las tenías en mente o con la calidad que hubieras querido.
- Convierte un objetivo grande en muchos pequeños
Por su magnitud algunos objetivos te harán pensar que requieren de mucho esfuerzo y tiempo para poder conseguirlos, la psicóloga sugiere dividirlos en metas pequeñas y conseguirlos paso a paso.
“Dentro de ese gran objetivo puedes tener metas a corto, mediano y largo plazo. Esas metas son las que te van a dar el rumbo que debes seguir en tu camino".
- Date tus escapadas
Puedes llevar a cabo tus objetivos de una manera flexible, intercalando tus pendientes con actividades que disfrutes, que te ayuden a estar tranquilo y a manejar tus emociones.
“Dale a tu cerebro sus escapadas en cosas divertidas que te ayuden a no tronar; es importante conocerte y saber cuándo lo necesitas. A lo mejor te tomas un rato para ver el partido de tu equipo favorito y al terminar tranquilamente puedes seguir avanzando en tu trabajo ya más relajado”.
- No dejes al último tu bienestar
La psicóloga recalca que no hay que olvidarnos de darnos el tiempo para comer y dormir bien. Además, para darle a tu cerebro el descanso que necesita.
“Incluso eso te va a ayudar a crear momentos donde puedas resolver cosas de tu trabajo o de tu tarea, porque necesitas que tu cerebro descanse y respire; puede ser a través de una actividad que te guste como tocar un instrumento, escuchar música o ver un partido de tu equipo favorito”, concluye Villarreal.
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