Esta iniciativa busca la promoción del empleo productivo y el trabajo decente en la economía rural en municipios cafetaleros de la Región de los Altos de Chiapas.
Mildred Berrelleza, directora regional del Departamento Académico de Emprendimiento Zona Centro y consultora líder del proyecto por parte del Tec, explica:
“Este proyecto de consultoría bastante grande, llegó a través del Centro Internacional para la Inovacción Social (CIIS) del Tec de Monterrey, la OIT buscó esta cooperación directamente. El año pasado precisamente en el CIIS se estaba firmando el contrato para este proyecto”.
Durante un año el Tec de Monterrey, a través del CIIS, ha servido como brazo ejecutor de esta iniciativa, dando paso al desarrollo de la primer etapa, que consiste en las bases teóricas del proyecto.
Mildred resalta la importancia de la fortaleza que tiene el Tec, debido a que esta consultoría contó con la participación de un equipo multidisciplinario de distintos campus del país.
“Lo que sigue es implementar todo lo que encontramos y construimos, por el momento está en teoría, pero por supuesto está alimentado de las narrativas, el trabajo de campo, de las reuniones que tuvimos en Jomanichim y en San Cristóbal”, explica Mildred.
La experta comenta que también estuvo involucrada una consultora internacional de innovación social llamada Agirre Lehendakaria Center, ubicada en Bilbao, España, ellos desarrollaron algunas herramientas que ayudaron para implementar en la investigación.
“Hubo diferentes momentos en esta primer etapa, en que se vincularon diferentes instituciones, como la Secretaría de Bienestar, actores del sector privado, universidades, etc.”.
El total de instituciones vinculadas a esta fase fueron 15, debido a que cada una de ellas participa en diferentes iniciativas de innovación social o en el contexto cafetalero del estado de Chiapas.
ELECCIÓN DEL TERRITORIO
Por su parte Omar Cerrillo Garnica, profesor e investigador de la Escuela de Humanidades del Tec de Monterrey en Cuernavaca, fue el encargado del mapeo de territorios para el proyecto.
Para esto, la OIT les dio a conocer los criterios de selección del área para desarrollar un proyecto de este tipo, después se dieron a la tarea de investigar e indagar qué región del estado de Chiapas cumplía con estos criterios.
Algunos de ellos son, que la comunidad tenga trabajo asociativo bajo un esquema de cooperativas, la densidad territorial, así como el de privilegiar la seguridad de los consultores.
“Hubo un tema de vínculos y seguridad que privilegió las decisiones, por ejemplo, durante una visita a Museo Café, donde conocimos varias asociaciones y el tema de confianza y seguridad fue de ellos hacia nosotros”, explica Cerrillo.
Esto dio paso para conocer las dos visiones tanto de los productores en Jomanichim y la cara del comercializador en San Cristóbal de Las Casas.
“Ellos buscan primero establecer filtros antes de permitir el acceso, pero esa reticiencia no estaba en Jomanichim y esto nos permitió trabajar con ellos de la mano de una manera mucho más sencilla”, comenta Cerrillo.
DESARROLLO DEL PROYECTO
Jorge Estrada Gallegos, profesor, consultor e investigador del Tec de Monterrey campus Chiapas, explica que para desarrollar este proyecto de innovación social se basaron en la metodología Design Thinking.
Esta metodología, como explica Jorge Estrada, consiste en entender y dar solución a las necesidades reales de las personas, a través de herramientas, tecnología y requerimientos para el éxito de un negocio.
Esta dividida en 5 fases que son: empatizar, definir, idear, prototipar y evaluar.
“En esta primera etapa encargada por la OIT y el INAES al Tec, nosotros llegamos dentro de este proceso hasta la parte de prototipado”, explica Estrada.
Jorge Estrada comenta que en esta investigación se dieron a conocer las dos narrativas, tanto la de productores como la de comercializadores, en donde se identificaron estos principales retos:
- Bajo precio al que los productores venden el producto y el número alto de intermediarios que existen hasta los puntos de venta en San Cristóbal de Las Casas, Chiapas.
- Trabajo desarticulado y falta de acompañamiento a pequeños productores de comunidades cafetaleras.
- Falta de cultura empresarial en las cooperativas.
En ambos sectores la preocupación fue la misma, es decir, la calidad del café y la dificultad de los productores para acceder a un mercado que pague el precio justo.
Para esto se desarrollaron prototipos que se presentan como una primera prueba de construcción de una cadena de valor híbrida, es decir, que cuenta con la intervención del sector privado y el sector público.
“El proyecto de innovación social es un proceso de co-creación, es decir, no lo hacemos nosotros sino junto con los productores y con la plataforma de innovación”, agrega Estrada Gallegos.
Con el proyecto de innovación social se busca dar más alternativas de comercialización a los productores, a través de las iniciativas que se están desarrollando de manera conjunta.
La generación de este modelo, muestra un camino basado en la cooperación y en la solidaridad, elementos claves para el contexto.
Martha Lucía Velázquez Díaz, directora del Centro Internacional para la Innovación Social, hace énfasis que el proyecto encabezado por los consultores, es el inicio de una colaboración a largo plazo con la OIT y con otros organismos internacionales que trabajan a favor de los Objetivos de Desarrollo Sustentables.
Además recalca que el interés y la problemática en Chiapas es muy grande y es por eso que tener la oportunidad de testear los prototipos propuestos es muy importante para poder escalar dichas soluciones a otras regiones posteriormente.
Por otra parte, la segunda parte de este proyecto consistirá en implementarlo, evaluarlo y escalarlo.
Por el momento se está implementando en Chiapas como prueba piloto y que servirá como semillero para replicarlo a futuro en otros países de Latinoamérica.
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