Con información de Luis Mario García.
Concebido como un espacio que brinde balance físico, mental y emocional, el nuevo Espacio de Reflexión del Tec campus Monterrey abre sus puertas a toda la comunidad bajo un concepto neutro creado por el arquitecto mexicano Alberto Kalach.
Ubicado entre el Edificio I y el Edificio VIII (antes edificio CIAP), este nuevo recinto sobresale como una ventana a la introspección, la meditación y la espiritualidad.
Así lo explicó el propio Alberto Kalach durante un recorrido realizado este martes 18 de febrero por el espacio.
“Hay que tener en claro que el Tec es quien detecta la necesidad por crear este Espacio de Reflexión, entonces lo que nosotros hicimos fue aterrizar las ideas de su equipo de trabajo.
"Cuando pasamos por aquí volteamos, vimos el Cerro de la Silla y dijimos ‘bueno que tal si lo tomamos como centro focal para meditar, reflexionar, voltear y ver a la naturaleza’, de allí comenzó la idea”, señaló.
Alberto Kalach es reconocido por desarrollar importantes proyectos de corte urbano en la Ciudad de México, siendo la Biblioteca Vasconcelos y el Faro de Oriente algunas de sus obras más representativas.
Entre los elementos que buscaban tuviera el Espacio de Reflexión del Tec, destacan los espacios abiertos, con salas ubicadas ligeramente bajo tierra y detalles que incitaran la relajación como el agua.
“Siendo un espacio de reflexión, queríamos crear un espacio tranquilo.
"El edificio es muy atmosférico porque todo el tiempo está cambiando la luz, la arquitectura también habla del tiempo, de transcurrir”, agregó Kalach.
El nuevo Espacio de Reflexión se divide en dos niveles que incluyen una zona interior llamada Punto Blanco, espacio dedicado la reflexión y para la introspección.
Además de una terraza en la parte superior con vista al Cerro de la Silla y la integración con los árboles y los jardines que rodean el edificio.
Piezas de concreto, una fuente de agua que cae del techo y una sala abierta que enmarca el Cerro de la Silla.
Así como pisos de manera y detalles en dorado y turquesa que llevan a pensar en el minimalismo, son algunos de los componentes principales de este espacio.
Como característica particular en una de las paredes del recinto resalta el nombre de don Eugenio Garza Lagüera, personaje inspirador de esta obra arquitectónica.
“La piedra es lo que queda en muchos de los monumentos así que además de ser un espacio de meditación, este edificio honra a Eugenio Garza Lagüera", mencionó.
"Por ejemplo, usamos el dorado porque es un color que se usa en todas las religiones y crea un punto focal dentro del espacio”, compartió.
Alberto Kalach, afirmó además, que a pesar de ser un diseño en apariencia austero, este edificio rinde un homenaje a la naturaleza.
“Cuando entras a este espacio cambia tu estado de ánimo”, dijo.
La belleza genera belleza, continuó, por ello si la gente que vive en las ciudades encuentra lugares bonitos ellos van a ver que algo se transforma, que los hace sentir bien.
“Tener espacios como este en espacios educativos hace la experiencia educativa más placentera”, puntualizó.
Ante el gran reto que este proyecto le presentó, Kalach se dijo satisfecho y contento de haber podido trabajar en un edificio dedicado al espíritu.
“Me siento muy contento, fue un gran reto, pero el equipo del Tec es muy profesional y trabajar con ellos fue un gran gusto”, comentó.
Eugenio Garza Lagüera fue presidente del Consejo del Tecnológico de Monterrey de 1973 a 1997, es recordado por continuar con el legado de impulsar la educación en México y América Latina, entre otros.
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