En la búsqueda de crear un alimento capaz de reducir náuseas, refrescante, nutritivo y bajo en azúcar, estudiantes del Tec Guadalajara desarrollaron el “Pinkboli” para pacientes mujeres con cáncer de mama.
El alimento funcional está realizado como parte de la iniciativa “Nutrir +” a partir de proteína de origen vegetal.
Incorpora fresas, zanahorias, betabel, jugo de limón, proteína vegana, miel de abeja, chía, linaza, agua y stevia en su formulación.
“Tiene un alto aporte proteico; es rico en vitamina A y C. Es un antioxidante nutritivo con un sabor ácido y fresco”, agregó la profesora Daniela Gordillo, co-creadora de esta iniciativa del Tec de Monterrey y líder del Pink Fest 2019.
El proyecto evaluó deficiencias y detectó requerimientos nutricionales de mujeres con cáncer de mama, para después diseñar alimentos funcionales y reparar sus deficiencias alimentarias y también reducir los efectos que produce la quimioterapia, como la náusea.
Los estudiantes trabajaron divididos en 5 equipos.
Participaron 20 alumnos de quinto semestre de Nutrición y Bienestar Integral (LNB), junto con estudiantes de Diseño Industrial, 7 profesores y 10 socios formadores -organizaciones invitadas- en colaboración con la Fundación Salvati.
De acuerdo a la profesora Mariana Orellana, se realizó una producción de 140 bolis, los cuales son ricos en antioxidantes y proteína.
Además, “tienen una presentación factible para su consumo durante la quimioterapia.
"Es una presentación en frío que les ayuda a reducir náuseas, vómito y la misma sensación de cansancio. Los bolis fueron diseñados especialmente para ellas”, agregó.
Los participantes de la iniciativa social presentaron y repartieron 50 Pinkbolis ante pacientes y colaboradores de la Fundación Salvati el pasado 21 de octubre.
El alimento funcional equivale a una porción y media de carne y a una porción de verduras.
Nutricionalmente, se trata de 200 calorías y 11 gramos de proteína vegetal.
El remanente -90 pinkbolis- se repartirán a otras mujeres del Instituto de Cancerología del Hospital Civil.
Estas actividades son en el marco del Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Mama que se celebra el 19 de octubre.
Diseño con propósito
La iniciativa incluyó un empaque diseñado según los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
En especial el número 12: Producción y consumo responsable, al elaborar un producto ecológico, económico y sostenible.
Así se seleccionó “Enredada en betabel” creación de la alumna Mariana Franco Verduzco. El empaque, al igual que el alimento, fue seleccionado por un jurado a partir de un concurso interno.
“Me inspiré en las enredaderas porque me parece muy interesante la forma en la que crecen y se apoyan en otros elementos de la naturaleza… Escuché las experiencias que nos contaron las pacientes y me inspiraron a poner el corazón en este proyecto”, aclaró Mariana.
Las características a tomar en cuenta fueron:
- Resaltar el color del alimento,
- Conservación de temperatura y humedad,
- Promover una experiencia gratificante al consumir el alimento,
- Ser de un material factible, y
- Generar emociones antes, durante y después del consumo.
“Conforme se descongele el boli, las pacientes podrán enredarlo en su cuerpo para contrarrestar la sensación de calor en la piel que causa la quimioterapia a través del tacto”, comentó Mariana.
Desarrollar el sentido humano
La directora de Fundación Salvati en Guadalajara, Georgina Fregoso, comentó que “los alumnos y profesores del Tec no hicieron el proyecto como otra simple tarea, sino que lo hicieron con todo su corazón”.
Añadió, “muchas pacientes me han comentado que el producto sí les está sirviendo. Muchas tienen ampollas y sufren de resequedad en la boca y con el boli se les calma”.
Asimismo, la profesora Orellana comentó que “es una manera de mostrarles proyectos reales como los que hay una vez que terminen la carrera. Así se comprometen, sensibilizan y solidarizan con las personas”.
Junto con el desarrollo del alimento, el proyecto implicó una colecta al interior del campus de donaciones para comprar la materia prima y así producir las de 140 piezas del producto, indicó la académica.
El dinero excedente de la recolecta se donó directamente a las mujeres de la Fundación Salvati para tratamientos de quimioterapia, radioterapia, prótesis, mangas para linfedema o pelucas.
En su cuarta edición, el Pink Fest contó con la orientación y ayuda de diversos Socios Formadores -organizaciones vinculadas al proyecto- como:
· Banco Diocesano de Alimentos (BDA),
· Red de Desperdicio de Alimentos de CONACYT,
· Fundación Marisa,
· Fundación Salvati,
· Musa Creadora A.C.,
· Échale Coco podcast y
· Red Internacional Thoughts for Food.
*Infografía por Nellie Villalobos
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