Por Martha Mariano | campus Monterrey
En el marco del Día Mundial de la Nutrición, celebrado este 16 de octubre, el Tecnológico de Monterrey presentó la estrategia ‘Hambre Cero’ con la que buscan involucrar a toda la comunidad en acciones que beneficien a los más desfavorecidos.
Hambre Cero es un programa sustentado en el plan estratégico de Nuevo León 2030, apoyado por universidades e instituciones del gobierno con el propósito de erradicar la pobreza extrema alimentaria y revertir la actual cultura del desperdicio de alimentos.
Como parte de esta iniciativa, autoridades del Tec inauguraron la exposición ‘Anatomía del hambre en México’, en la BiblioTec del campus Monterrey en la que se muestra parte de la realidad de cientos de familias que viven en extrema pobreza y la importancia de contribuir a programas como este.
“Actualmente alrededor del 10% de la población vive en pobreza extrema y a pesar de todos los avances tecnológicos que hemos tenido ahora en pleno siglo XXI seguimos viendo que no está erradicado este problema del hambre.
Hoy somos testigos de la presencia del Tec de Monterrey, hubo gente que creyeron que podíamos hacer algo bueno para la sociedad y el país, por ello mi más sincero reconocimiento a quienes iniciaron esta iniciativa, ya que podemos hacer historia al eliminar esta carencia en nuestro estado”, compartió David Garza Salazar, Rector del Tecnológico de Monterrey.
Por otra parte, Garza lanzó una invitación a los asistentes para aceptar el reto de contribuir a ‘Hambre Cero’ a través de acciones envueltas en convicción, ya que considera una visión sin acción son solo sueños.
Y para poner el ejemplo realizó un donativo ante todos los asistentes y los animó a poner también un granito de arena en esta iniciativa, dando así por iniciada la colecta ‘Hambre Cero Nuevo León’.
Por una sociedad sin hambre
Durante la presentación de la estrategia Pablo Ayala, Decano Asociado de Formación Ética y Ciudadana, detalló los tres pilares centrales en los que está basada ‘Hambre Cero’, reducción de pérdidas y desperdicio de alimentos, ayuda y orientación alimentaria, así como autosuficiencia alimentaria y familiar.
“Desde abril del 2016 hemos venido trabajando en este proyecto, sumando esfuerzos entre organizaciones y la sociedad, además hace poco inauguramos la planta procesadora de alimentos con la que podemos enriquecer los productos donados para generar alimentos saludables”, enfatizó.
Finalmente, compartió algunas de las acciones que tienen previstas para hacer de Nuevo León el primer estado en erradicar el hambre mediante el procesamiento de alimentos desechados.
“Seguiremos trabajando en proyectar el crecimiento del Banco de Alimentos para la atención de la población, además de continuar con el fortalecimiento de la estrategia a través de la iniciativa pública, privada, especialistas y ciudadanos en general”, expresó Ayala.
Expertos comparten su visión
¿Qué estamos haciendo para erradicar el hambre? Con esta pregunta se dio paso al panel ‘Pobreza, Industria Alimentaria y Salud’.
Rebeca García, Directora de la Carrera de Industrias Alimentarias, Araceli Ortega, de la Escuela Nacional de Gobierno y Ciencias Sociales, y Manuel Pérez, Decano Regional Norte de la Escuela de Salud, fueron los expertos que lo encabezaron y que dieron su opinión respecto a esta problemática social.
“Es un hecho que el problema del hambre se da a nivel mundial, pero poco se conoce de lo que se hace para erradicarla, por ejemplo, hay empresas que tienen departamentos especiales donde crean alimentos a partir de cáscaras u otros elementos y que son ricos en proteínas”, describió Rebeca García.
Por su parte, Araceli Ortega compartió con los asistentes cuáles son los indicadores de alto impacto que tienen los bancos de alimentos, “cuando hacemos un programa social siempre nos preguntamos cuál es el fin en este caso de ‘Hambre cero’ sería que la gente ya no tenga hambre y que esté bien nutrida”, mencionó.
Finalmente, el Decano Manuel Pérez explicó que la educación es una de las herramientas más poderosas para erradicar la desnutrición durante los primeros seis años de vida.
“Si nos enfocamos en el tema de educación lo que necesitamos es informar adecuadamente lo que una familia necesita para llevar una dieta balanceada, podemos obtener elementos nutricionales de gran valor con alimentos muy sencillos”, puntualizó.