José Longino Torres | Redacción Nacional
En el marco de la Feria Internacional del Libro Monterrey 2018, exploramos en CONECTA algunas de las frases famosas de la literatura que han sido atribuidas erróneamente a autores equivocados.
María de Alva Levy, directora de la carrera de Letras Hispánicas del Tec de Monterrey campus Monterrey, platicó con CONECTA y explicó este tema.
"Surge principalmente de la desinformación que se produce a través del tiempo por diversas razones, tales como ignorancia, falta de investigación o deseo de ganar seguidores.
"Por otra parte, el plagio o la copia acaba por presentar autores falsos lo que suma a esta problema", comentó.
Indicó que aunque históricamente se produce una distorsión, el tomar un texto y jugar con él, puede ser algo literario.
"No necesariamente es un crimen hacerlo. Podría salir algo bueno literariamente hablando, aunque en la mayor parte de los casos es solo desinformación", precisó.
En CONECTA, te presentamos una lista de las frases atribuidas a autores que no las escribieron.
1.- "Ayúdate que yo te ayudaré"
Aunque esta frase es atribuida a Dios y se suele asumir que viene en la Biblia, la verdad es que en este libro no hay registro de esa frase.
Ni en las frases de Jesucristo en el Nuevo Testamento ni en las atribuidas a Jehová o Yahvé en el Antiguo es posible encontrar esta oración.
2.- "Ladran, Sancho, señal de que avanzamos"
Esta frase apócrifa de Don Quijote de la Mancha en realidad no se encuentra en el libro clásico por Miguel de Cervantes Saavedra.
Aunque en el Quijote se mencionan varios animales, las pocas menciones a perros se usan más bien como adjetivos despectivos de la época hacia los moros.
3.- "No estoy de acuerdo con lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo"
Suele atribuirse esta frase al filósofo francés Voltaire (en realidad llamado François-Marie Arouet), quizás por su libro Tratado sobre la Tolerancia.
Sin embargo, la frase en realidad es de la escritora Evelyn Beatrice Hall, quien en 1906 la escribió en su biografía sobre Voltaire.
4.- "Elemental mi querido, Watson"
Aunque no lo creas, esta frase nunca es pronunciada como tal por Sherlock Holmes en ninguno de los libros escritos por Sir Arthur Connan Doyle.
La frase, no obstante, sí se usó en una película exhibida nueve años después de la muerte de Connan Doyle.
5.- "Divide y vencerás"
Es común que se piense que esta frase es de Maquiavelo, aunque el pragmático filósofo italiano no lo dijo tal cual en su libro "El Príncipe".
De hecho, la frase ya era usada por los antiguos romanos conquistadores y hay registros de que Julio César fue, por ejemplo, uno de quienes ya la usaba.
6.- El poema "Instantes" que no escribió Borges
Durante muchos años, algunas personas atribuían este poema al escritor José Luis Borges. Sin embargo, la autoría es atribuida a la estadounidense Nadine Stair.
Instantes (fragmento)
Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.
7.- El falso poema de García Márquez
El comediante mexicano Johnny Welch publicó el poema "La Marioneta" en un libro, al que se viralizó tiempo después al atribuírsele equivocadamente a Gabriel García Márquez, quien lo calificó de "cursi".
Aunque ambos salieron a aclarar lo sucedido, en la Internet se ha continuado atribuyendo el poema al escritor colombiano ganador del Nobel de Literatura.
La Marioneta (fragmento)
Si por un instante Dios se olvidara
de que soy una marioneta de trapo
y me regalara un trozo de vida,
posiblemente no diría todo lo que pienso,
pero en definitiva pensaría todo lo que digo.
Daría valor a las cosas, no por lo que valen,
sino por lo que significan.
Dormiría poco, soñaría más,
entiendo que por cada minuto que cerramos los ojos,
perdemos sesenta segundos de luz.
Andaría cuando los demás se detienen,
Despertaría cuando los demás duermen.
Escucharía cuando los demás hablan,
y cómo disfrutaría de un buen helado de chocolate.
Si Dios me obsequiara un trozo de vida,
Vestiría sencillo, me tiraría de bruces al sol,
dejando descubierto, no solamente mi cuerpo sino mi alma.