Enfrentó a la muerte tres veces. Una enfermedad autoinmune que afecta su hígado lo llevo a hacer frente a cuidados intensivos tres ocasiones diferentes a lo largo de 11 años.
Sin embargo, José Luis Herrera Olivares, EXATEC de campus Laguna, supo afrontar sus crisis y el pasado mes de abril de 2023 se proclamó campeón en los Juegos Mundiales para Trasplantados 2023.
Y por si fuera poco, consiguió tres medallas más: una de plata y dos de bronce.
“Colgarme la medalla de oro principalmente… cruzar la meta y saber que quedaste primero, que se cumplió y que todo el proceso valió la pena es un sentimiento indescriptible”, relató el ingeniero en Mecatrónica.
Una enfermedad llevó a una obsesión
“Enfermé en diciembre de 2008. Me diagnosticaron deficiencia hepática. Todos los niveles de sangre estaban mal, estaba anémico y estuve hospitalizado una semana”.
Así inició, de forma súbita, la travesía con cirrosis biliar primaria (CBP) para José Luis, una enfermedad autoinmune que, según la Revista Médica Herediana, destruye los ductos biliares y origina hasta cuatro complicaciones severas.
Durante ocho años, el también papá de dos niños vivió bajo tratamiento y una dieta específica. A pesar de ello, sufrió una recaída mientras viajaba con su familia en Nicaragua: estaba intoxicado.
“Era como si estuviera tomado, tuve alucinaciones y hacía cosas que no tenían nada que ver con la realidad... Estuve debatiéndome entre la vida y la muerte por segunda vez en cuidados intensivos”.
El EXATEC volvió a superar el acecho de la muerte y regresó a México. No obstante, padeció una recaída y los médicos fueron claros: “Necesitas un trasplante, no hay vuelta atrás”.
Su recorrido por el protocolo de trasplante arrancó, casi tres años aguardó una segunda oportunidad de vida y llegó de la mano de un “donador anónimo” un 22 de marzo de 2019.
Cuando todo parecía que marcharía de mejor forma, su cuerpo rechazó el órgano y por tercera ocasión llegó al hospital al borde de la muerte.
De la mano del trabajo médico, a la semana se estabilizó, salió avante, consiguió poco tiempo después su alta y empezó su rehabilitación física y psicológica.
“Fue un proceso bastante largo los primeros tres meses. Después pude trotar un poquito y ahí fue cuando se me metió la idea de los Juegos Mundiales de Trasplantados. Fue una especie de obsesión”.
“Aunque se tenga una enfermedad no te debes detener. Debes seguir por alcanzar tus metas”.
La gloria en los Juegos Mundiales de Trasplantados
Los años pasaron; José Luis progresó en su recuperación. En 2021 pudo adentrarse en el deporte competitivo con el apoyo de sus entrenadores y especialistas en salud mental.
De esa manera, el desarrollo del EXATEC no se detuvo y con la mira puesta en los XXIII Juegos Mundiales de Trasplantados desde junio de 2022 empezó a entrenar dos veces por día.
“Me levanto a las 4:30 a.m. para ir al gimnasio. A las 7 ya estoy en la planta trabajando. Termino a las 5 o 5:30 y me voy a hacer la sesión de pista. Después llego a casa y preparo todo para el día siguiente”.
Esa fórmula permitió a José Luis llegar a Perth, Australia, la sede de la justa en 2023 en los que participó en cuatro competencias distintas.
“Llegar a Australia fue un primer logro que nunca me imaginé… Nunca imaginé que iba a estar del otro lado del mundo”.
En cuestión de dos días de competencia, el egresado puso en alto la bandera de México y sumó: una medalla de bronce en los 100 metros planos y otra más en los 200 metros.
También, conquistó la plata en el lanzamiento de pelota y por último hizo sonar el himno nacional con el oro en los 400 metros planos de los Juegos Mundiales de Trasplantados.
“Eso fue ponerle punto final a un plan de trabajo que tenía yo de cuatro años atrás”, aseguró.
Las motivaciones del EXATEC
¿Cómo sobreponerse a la muerte en tres ocasiones y además, llevar a México al primer lugar mundial en una competencia?
Para José Luis, son cuatro las motivaciones: estar bien, ser competitivo, llevar el mensaje de que una persona trasplantada es “normal” y ser un papá capaz de disfrutar de sus “chamacos” José Luis y Emilio.
“Es demostrar que, aunque se tenga una situación de salud no te debes detener. Debes seguir esforzándote por alcanzar tus metas hasta saber que no pudiste dar más”, dijo.
De esta manera disfruta de sus hijos, sigue preparándose para más competencias de talla nacional e internacional y además, es el director general de la Asociación Mexicana de Deportistas Trasplantados y ya tiene un plan para los Juegos Mundiales de Trasplantados 2025 y seguir promoviendo la donación de órganos y tejido.
“Vinimos a estar a pie del cañón. Nada nos va a detener; no hay nada que pueda hacerlo. No nos detuvo una enfermedad, solo lo va a hacer la muerte y mientras llega hay que disfrutar”, concluyó.
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